La familia Klarsfeld: los cazadores de Nazis
El matrimonio de abogados judíos formado por Beate y Serge Klarsfeld dedicó toda su vida a localizar, perseguir y llevar ante la justicia a criminales nazis. Su máxima era “la justicia, no la venganza” y en base a ello lograron encontrar y gestionar la extradición de los responsables de numerosos crímenes de guerra.
Serge, a partir de los años sesenta, abandonó su pasión por Balzac y Stendhal, así como su empleo en la televisión pública, para ocuparse de la historia de todos y cada uno de los 76.000 deportados judíos franceses. Y entre otras cosas encontró 200 valiosas imágenes, realizadas por los nazis, las únicas que documentan la llegada de los trenes de prisioneros a Auschwitz y su posterior selección.

Dos generaciones de Klarsfeld en una foto de los años 80. Durante los años 70 se hicieron varios documentales para la televisión en el que los Klarsfeld mostraban su casa y a sus hijos. En 1979 una organización pro-nazi llamada ODESSA lo aprovechó para poner un coche bomba frente a su puerta, afortunadamente sin provocar heridos.
Beate Klarsfeld, nació en Berlín y se consagró a la investigación de los crímenes nazis tras casarse con Serge, cuyo padre murió en el campo de concentración de Auschwitz. Beate participó en la campaña por desenmascarar el pasado nazi de ciertos poderosos, como el ex presidente austríaco Kurt Waldheim. Se ganó la atención internacional cuando lo abofeteó en 1968 por lo que fue condenada a un año de carcel.
En 1971, descubrieron el paradero de Kurt Lischka, un ex jefe de la Gestapo y en aquel momento director comercial de una empresa de Colonia y padre de familia que vivía en Alemania Occidental (su localización fue muy sencilla, curiosamente su nombre y dirección figuraba en la guía de teléfonos). Idearon un plan para secuestrarlo y entregarlo a las autoridades francesas (su enjuiciamiento en Alemania estaba impedido por tecnicismos jurídicos resultantes de una condena previa) que no prosperó. Por ello fueron condenados en 1974 pero las protestas internacionales hicieron que se suspendiera la condena. Cinco años después, en 1979, el condenado sería el propio Lischka.
Lischka el día que fue descubierto por los Klarsfeld al salir de su casa
Lischka sería el primero de una larga lista. Le seguirían, entre otros Klaus Barbie conocido como "El Carnicero de Lyon" por los crueles y sangrientos crímenes que cometió como funcionario nazi. Klaus Barbie vivió casi cuarenta años en la impunidad, refugiado en Bolivia hasta que los Klarsfeld dieron con él. El 5 de febrero de 1983, fue trasladado por fin a Francia e ingresado a la prisión de Montluc, para responder por delitos contra la humanidad. No fue necesario realizar un juicio puesto que ya se le había juzgado en rebeldía en la ciudad de Lyon al término de la guerra. Fue condenado a la pena de muerte por su participación en 4.342 asesinatos, el envío de 7.591 judíos a campos de concentración y el arresto y tortura de 14.311 miembros de la resistencia francesa. Al cabo de 40 años de vida al margen de la justicia se atrevió a declarar que sólo se arrepentía de haber dejado vivos a algunos judíos.

Klaus Barbie durante la guerra
Los métodos utilizados para encontrar y llevar ante la justicia a estos criminales consistían en muchos meses o años de investigación para luego (si el país en donde los encontraban no accedía a extraditarlos) pasar días y días ante las casas de los nazis con el objetivo de captar la atención de los medios internacionales y aumentar la presión social. Sus logros más conocidos son haber llevado ante la justicia a:





Condenado a 10 años de cárcel y al pago de 700.000 euros, huyó a Suiza en 1999, pero fue detenido y encarcelado en la Santé de París. Recurrió a todas las instancias jurídicas y políticas, y durante tres años fueron rechazados todos sus recursos. Finalmente, el 18 de septiembre de 2002, el Tribunal de Apelaciones de París suspendió su pena de prisión por razones de salud. Murió en 2007.
En 1984 los Klarsfeld fueron galardonados con la Legión de Honor, la más importante condecoración francesa, y en 1986 su vida fue llevada al cine en la película Nazi Hunter: the Beate Klarsfeld story. Actualmente dirigen una fundación que persigue crímenes contra la humanidad. Otros famosos cazadores de nazis son Simon Wiesenthal, Tuviah Friedman, Yaron Svoray, Elliot Welles, y Efraim Zuroff.
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