Diego Corrales VS José Luis Castillo ,Pelea del año 2005
CORRALES VS. CASTILLO I - LA SENSACIONAL CONCLUSIÓN DE UN PLEITO BRUTAL
Autor: ANDRÉS PASCUAL/ DIARIO LAS AMÉRICAS
CORRALES VS. CASTILLO I - LA SENSACIONAL CONCLUSIÓN DE UN PLEITO BRUTAL
Autor: ANDRÉS PASCUAL/ DIARIO LAS AMÉRICAS
Por màs que busco, que reviso tapes de viejas peleas, tan viejas como 1908, no encuentro una que se haya disputado con la ferocidad, la brutalidad y el sensacional desenlace del primer pleito entre Diego Corrales y Josè Luis Castillo.
Entre estos dos peleadores existiò un factor que puso delante en los pronòsticos y las apuestas a J.L.Castillo y fue que luciò mucho mejor que Diego ante Floyd Mayweather, Jr. en su primera pelea, en la que fue objeto de un robo soberano y, con seguridad, preparado en las oficinas si ocurrìa sobre el ring lo que realmente pasò.
La primera pelea Castillo-Mayweather, Jr. por la faja de las 135.00 libras la noche del 20 de abril del 2002, en el ‘M.G.M. Grand’ de Las Vegas, quedarà en la memoria fanàtica como digna de descansar en un archivo especial con el ròtulo, “NO LO ABRA, QUE TIENE CUCARACHAS…”.
Jose Luis Castillo no fue nunca un boxeador elegante y, como le tocò actuar en el apogeo de Oscar, Tito, ‘Finito’, Eric Morales, Barrera…pues se puede decir que no contò inicialmente con el apoyo popular que un verdadero gladiador como este mereciò.
El 7 de mayo del 2005, en el Mandalay Bay de la capital mundial del juego, Diego Corrales enfrentò a Castillo por el campeonato mundial unificado peso ligero. Esa noche, Corrales dejò olvidado en el camerino, por imprudencia voluntaria o prefabricada, el recurso de su ventaja en alcance y en estatura y decidiò fajarse contra un peleador que es un fajador eminente y como artìfice de este estilo de pelea, un maestro en el uso del ‘uppercut’ en ‘infight’.
Diego Corrales, que acusaba cierta fragilidad ante los golpes a la mandìbula, tenìa tambièn un evidente poder de recuperaciòn, ajustable no solo por reacciòn fìsica; sino por un innegable exceso de valor personal, marca registrada de su herencia azteca. La primera pelea Corrales-Castillo fue una de las màs brutales, interesantes y sensacionales de la divisiòn ligera en la historia del pugilismo mundial.
No hubo tregua en el castigo que se infrigieron ambos púgiles desde el primer minuto del primer asalto; Corrales estuvo lastimado al final de algunos episodios como el tercero y el sèptimo, en los que llegò a su esquina tambaleàndose; pero, al sonar la campana, estaba listo para continuar en la candela.
Castillo hizo todo lo posible para ganar; tanto hizo que, en el increíble ‘round’ diez, que quedò para la posteridad como uno de los màs sangrientos y brutalmente disputados de la historia, hasta el 2:06, nadie daba un kilo por la posibilidad de una victoria de Corrales…en la pelea de gallos finos la apuesta posible se llama ‘de a peso y no hay jugada’; sobre todo cuando fue alcanzado por un gancho de Castillo a la cabeza que le enviò a la lona con cuenta de protecciòn.
De vuelta a la acciòn Diego, el sonorense logro alcanzarlo con una combinación de ganchos y ‘swings’ a la cara y a la cabeza que remitieron al piso a Corrales otra vez…Entonces ocurriò la màs brillante actitud que he visto en màs de 40 años en el boxeo de parte de un peleador efectivamente lastimado y en la lona: apelando a un recurso digno de los grandes matreros en los Anales de Fistiana; o por acciòn involuntaria, Corrales botò su protector bucal, lo que ocasionò una nueva cuenta de protecciòn y la pèrdida de un punto, porque lo habìa hecho en el octavo tambièn.
Entonces llegò el momento cumbre de la violenta acciòn del pleito, que sitùa la pelea entre las màs grandes batallas del ring de todos los tiempos: recuperado y fresco por el conteo y el tiempo a su favor con la penalizaciòn, Corrales alcanzò a Castillo, que venìa con el instinto homicida del matador en el ruedo taurino, con una derecha larga a la cabeza e iniciò un rally de golpes que Josè Luis no pudo evitar ni responder, porque estaba lastimado por el derechazo; entonces, a la deriva contra las sogas, casi inconsciente y a merced de un contrincante que, ante tal situación duplicò, si cabe, sus fuerzas, su ànimo y su instinto goloso por una victoria que se presentaba ante sus narices; pero que 17 segundos antes estaba en el fondo de un abismo, se produjo la intervención verdaderamente piadosa del referì Tony Week decretando el ‘nocao’ tècnico.
Todavía no me explico la razòn por la que Castillo no se dejò caer para evadir el incremento del castigo con el objetivo de recuperarse parcialmente. O tal vez si, posiblemente por el detalle que sólo conocen los boxeadores que han estado en semejante condiciòn alguna vez; es decir, noqueados de pie.
De esa forma terminò una de las màs sensacionales peleas de todos los tiempos y un ‘round’ que dudo haya otro en la historia que lo supere en magnitud de brutalidad, de violencia y de espectacularidad. Diego Corrales concluyò con su ojo izquierdo completamente cerrado y Josè Luis Castillo con una fea y aparatosa herida sobre su arco superciliar izquierdo, señales de una batalla que, posiblemente, no se iguale en mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario