Searching for Sugar Man es un documental de 2012 dirigido por Malik Bendjelloul que cuenta la historia de un misterioso cantante conocido como Rodríguez y los esfuerzos de dos sudafricanos por descubrir su paradero. En 2012 obtuvo el Premio Óscar en la categoría de mejor documental largo y los premios BAFTA y WGA.
Dos años después del estreno de la cinta el director sueco Malik Bendjelloul se suicidó debido a una depresión el 13 de mayo de 2014, siendo éste el único documental que dirigió.
Sixto Rodríguez (llamado Sixto por tratarse del sexto hijo en la familia) era un cantante estadounidense que vivía en Detroit (Míchigan)
y trabajaba cantando en bares. Era un hombre del cual no se sabía casi
nada. A fines de los años 1960 fue contactado por dos productores
musicales que lo convencieron de grabar un disco, Cold Fact
(1970), el cual no tuvo mucho éxito comercial. A pesar de esto,
Rodríguez fue posteriormente contactado por otro productor, con quien
grabó un segundo disco, Coming from Reality (1971), el que tampoco tuvo buenas ventas en Estados Unidos.
La carrera de Rodríguez no fue un completo fracaso. Su trabajo fue mejor recibido en Sudáfrica, donde las letras de sus canciones y el misterio que rodeaban al cantante lo transformaron en una figura muy popular entre los jóvenes del país. Su álbum Cold Fact fue adoptado como un símbolo de la lucha contra el apartheid. Debido a sus letras, varias de sus canciones fueron prohibidas por la South African Broadcasting Corporation. Músicos como Koos Kombuis, Willem Möller y Johannes Kerkorrel fueron inspirados por el mensaje de Rodríguez. Tiempo después surgió el rumor de que el cantante se había suicidado en medio de un concierto.
A mediados de los años 1990, dos hombres llamados Stephen Segerman y Craig Strydom comenzaron a investigar acerca de la identidad de Rodríguez y la razón por la cual el cantante nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica. Para esto, examinaron las relaciones que existían entre las compañías discográficas e intentaron contactar a los productores que trabajaron con él. Strydom logró hablar con Mike Theodore, uno de los productores de Cold Fact, y al preguntarle cómo se había suicidado el cantante, Theodore le dijo que Rodríguez no estaba muerto. Strydom escribió un artículo sobre su búsqueda y Segerman fue posteriormente contactado por Eva, la hija del cantante.
Tras estas escenas, el propio Rodríguez conversa con los documentalistas acerca de su vida. El cantante revela que nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica, y que tras grabar sus dos discos no pudo seguir dedicándose a la música y trabajó en la construcción. También se narra el viaje que hizo Rodríguez a Sudáfrica en marzo de 1998, donde tocó seis conciertos. Luego de esto, el cantante siguió viviendo de forma modesta en Detroit, regresando de forma esporádica al país africano para tocar algunos conciertos.
La carrera de Rodríguez no fue un completo fracaso. Su trabajo fue mejor recibido en Sudáfrica, donde las letras de sus canciones y el misterio que rodeaban al cantante lo transformaron en una figura muy popular entre los jóvenes del país. Su álbum Cold Fact fue adoptado como un símbolo de la lucha contra el apartheid. Debido a sus letras, varias de sus canciones fueron prohibidas por la South African Broadcasting Corporation. Músicos como Koos Kombuis, Willem Möller y Johannes Kerkorrel fueron inspirados por el mensaje de Rodríguez. Tiempo después surgió el rumor de que el cantante se había suicidado en medio de un concierto.
A mediados de los años 1990, dos hombres llamados Stephen Segerman y Craig Strydom comenzaron a investigar acerca de la identidad de Rodríguez y la razón por la cual el cantante nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica. Para esto, examinaron las relaciones que existían entre las compañías discográficas e intentaron contactar a los productores que trabajaron con él. Strydom logró hablar con Mike Theodore, uno de los productores de Cold Fact, y al preguntarle cómo se había suicidado el cantante, Theodore le dijo que Rodríguez no estaba muerto. Strydom escribió un artículo sobre su búsqueda y Segerman fue posteriormente contactado por Eva, la hija del cantante.
Tras estas escenas, el propio Rodríguez conversa con los documentalistas acerca de su vida. El cantante revela que nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica, y que tras grabar sus dos discos no pudo seguir dedicándose a la música y trabajó en la construcción. También se narra el viaje que hizo Rodríguez a Sudáfrica en marzo de 1998, donde tocó seis conciertos. Luego de esto, el cantante siguió viviendo de forma modesta en Detroit, regresando de forma esporádica al país africano para tocar algunos conciertos.
Que no te amarguen Sugarman: desmontando críticas al documental causante del hype Rodriguez
Del hype al fake, los medios y el runrún popular confinan entre uno y otro extremo a Rodriguez,
ese entrañable cantautor norteamericano que fracasó anónimamente en los
años 70 para transformarse en una estrella internacional en 2012 cuando
su talento fue tardíamente desenterrado. El ocho de julio del 2013 hizo su única actuación en España como hoy acostumbra: con entradas agotadas y ante una expectación desmedida. La culpa de todo la tiene el documental Searching for Sugarman,
ganador del Oscar tras ser premiado en multitud de festivales como el
In-Edit Beefeater, que lo estrenó en nuestro país. Mejor vean la película
si aún no lo hicieron, porque vale la pena y vamos a destriparla. En
resumen, cuenta cómo los sudafricanos, que tenían a Rodriguez por un
mito mayor que Bob Dylan pero durante décadas le
creyeron muerto, descubren que solo estaba retirado y le organizan una
gira que supondrá un monumental éxito redentor en su breve carrera.
Final feliz… Hasta que algunos se enteran de ciertos hechos ausentes en
el documental y se llevan las manos a la cabeza interpretándolos como un maniqueo y calculado artificio orquestado por el realizador Malik Bendjelloul.
Tal vez entiendan como una traición que el cineasta sueco obvie hechos
que por otra parte llevaban tiempo al alcance de quien gustara ahondar
en el personaje (incluso en la web oficial de Rodriguez
activa desde 1998), pero lo que ocurre es que no estaban ustedes ante
el filme que querían o creían ver. Si les escandaliza que un documental
tergiverse la realidad, sepan que es práctica habitual desde la
invención del género. Robert Flaherty recreó, falseó y hasta inventó situaciones en Nanuk el esquimal (1922), primer documental de la historia. Y tras Flaherty, Luis Buñuel, Michael Moore y muchos otros han sido acusados con
pruebas de la misma falta. Pero no existe reglamento de oro dictando lo
que debe o no hacerse en la categoría artística que retrata la
realidad. Quienes le exigen fidelidad, rigor y detalle la confunden con
el reportaje periodístico en profundidad. Y también ahí se manipula, o
así se convino al entender que plantar una cámara en una perspectiva
concreta ya supone tomar partido y crear un discurso. Ningún suceso
tiene menos de dos caras. Y usar la omisión o la confusión al servicio
de una tesis (usar la mentira en favor de una verdad si ustedes quieren)
es la norma desde que la humanidad empezó a contar historias.
The natives can’t believe it
It all seems so unreal
Just to ask the question,
Now how does it feel
It all seems so unreal
Just to ask the question,
Now how does it feel
(Heikki’s Suburbia Bus Tour)
Pero los hechos relatados en Searching for Sugarman
son estrictamente ciertos. No les miente el sueco. Lo que hace es
dosificar los hechos con cuentagotas como ocurre en las películas de
misterio. De hecho, Bendjelloul describe a menudo la película como una
historia “de detectives” y por eso oculta hasta el final que hace 15
largos años del resurgir sudafricano del cantante. También se acusa al director de falsear la significación política del artista en el movimiento anti-Apartheid. Músicos como Johnny Clegg and Savuka fueron más activos y efectivos en esta causa. Y si a muchos afrikáner
les atrajo Rodriguez fue porque hablaba con libertad de sexo y drogas
mientras ellos sufrían represión y aislamiento internacional. Pero la escritora zimbabuense Barbara Nussbaum defiende que las letras antiestablishment
de sus canciones calaron muy profundamente en aquella realidad, más
cercana al desencanto de Rodriguez que al canto esperanzado de Lennon.
Su audiencia era predominantemente blanca, sí, ¡lógico en una sociedad
de culturas segregadas! Aunque dicen que entre sus fans negros destacaba
el legendario activista Steve Biko. Puede que
corresponda a la experiencia de cada uno otorgarle relevancia en la
cuestión racial, pero el documental tampoco explica que Rodriguez fue
candidato a representante del estado de Michigan y a alcalde de su
Detroit natal, fracasando estrepitosamente en ambas ocasiones. Por lo
que su mayor logro político lo obtuvo efectivamente en Sudáfrica, y sin
tan siquiera saberlo. Sin embargo, la crítica más dura a la película tiene que ver con otra acusación lanzada el año pasado con el estreno australiano: Searching for Sugarman ni siquiera menciona que mucho antes de la gira sudafricana de 1998, Rodriguez realizó una triunfal gira por Australia en 1979 (propiciada por una reedición local de sus discos, muy buscados allí por surfers y hippies), seguida de una segunda visita en 1981, cuando ya se apagaba aquella fama, degustada una década después de su debut.“Creí que era lo más alto que llegaría mi carrera” reconoce el cantante a Rolling Stone. “No pasó mucho después de aquello. Ni
llamadas, ni nada”. Así que volvió a colgar la guitarra, regresó a su
trabajo en la construcción y siguió siendo un don nadie en su hogar y en
la mayoría del planeta. Tal
vez por eso Bendjelloul obvió el fenómeno australiano; tal vez para que
la realidad no le estropeara una buena historia. O quizá exista otra
razón de peso, que él nunca ha ocultado. En una reveladora entrevista con The Independent, que iluminaría a mucho hater,
preguntaban al documentalista si se arrepentía de haber omitido ciertos
datos sobre el artista: “No, porque cuento la historia tal y como se la
escuché por primera vez a Sugar” —el realizadorse refiere a Steve Segerman, uno de los sudafricanos protagonistas del filme— “Imagina que eres un fan de Jimi Hendrix
y quieres desvelar los detalles de su muerte, pero entonces descubres
que él sigue vivo y acabas cambiando la vida de Hendrix. Me pareció una
historia increíble. Y mientras montaba la película, esa fue siempre mi
guía argumental, contar la historia desde los ojos de ese fan”. Ese es
el quid
de la cuestión. Presuponen que el objetivo del filme es relatar vida y
obra de Rodriguez, cuando en realidad trata de su busca y captura, del
inaudito encuentro entre un ídolo fantasmal y dos habitantes de un país
que quedó aislado del mundo. Es paradójico que no le localizaran antes teniendo tan cerca Australia,
pero hablamos de fans y no de investigadores profesionales (Segerman
era joyero y la tienda de discos que hoy codirige se abrió en 2001, años
después de conocer al mito en persona). Sin olvidar que en el 98 no era
fácil ni rápido husmear en una Internet infinitamente más despoblada de
información.
Sugar man you’re the answer
That makes my questions disappear
That makes my questions disappear
(Sugar Man)
¿Que
Bendjelloul no da pistas de esta visión subjetiva? No serán tan
invisibles las costuras cuando muchos espectadores sospechan
(erróneamente) estar ante un falso documental. El propio título no deja
lugar a dudas al ignorar el nombre del artista para llamarse “Buscando
al hombre de los caramelos“.
¿Y ahora quieren amargarles el dulce? Toda la película se ciñe a la
perspectiva sudafricana, lo que justifica teñir de misterio los inicios
musicales del cantautor; obviar sus orígenes familiares; prestar
atención a su actual familia solo en relación a Sudáfrica; y por
supuesto omitir el episodio australiano. Esta aproximación al personaje
se vio sin duda reforzada cuando el director constató que Rodriguez no
tenía el mínimo interés en hablar de sí mismo: “Siempre respondía con
monosílabos” declara a The Independent. “Y no fue hasta el
final, cuando vi la película montada, que entendí que así debía ser. Él
no quería entrar en el juego, era alérgico a ser el centro de atención”.
Una timidez y ante todo una humilde integridad que evidencia por qué la
fama jugó al escondite con un cantante que literalmente actuaba de
espaldas al público. Pero no teman si tienen entrada
para su concierto, porque Rodriguez ahora da la cara. Aunque una cosa
es el respeto debido a un espléndido artista, otra el hiperbólico efecto
hipster
a su alrededor, y otra la calidad que pueda ofrecer en directo un
hombre de 70 años al que todas las crónicas del último lustro retratan
con voz ya muy frágil, acompañado de una banda mediocre y rellenando los
conciertos con pobres versiones de Cole Porter, Elvis Presley o Rolling Stones. Como escribía piadosamente el Huffington Post, “aunque los Stones han probado que la edad no es un impedimento para el rock, Rodriguez no es Mick Jagger“.
O como a menudo ironiza el propio artista: “No me voy quedando viejo,
me voy quedando muerto”. Por eso la principal motivación para verle en
vivo debería
ser homenajear a quien no triunfó debidamente en plenitud de su arte.
En todo caso, la mayoría ignoraríamos la existencia de Rodriguez de no
ser por el documental de Bendjelloul. No habría gira mundial y solo una
minoría buscaría los discos de este combinado perfecto de Jose Feliciano y Bill Withers.
En lugar de una ficha biográfíca completa, se rodó una historia
insólita, emocionante e inspiradora, que le rescata de los artistas
olvidados y aúpa su leyenda junto a los iconos musicales de los años 70,
no solo en Sudáfrica, no solo en Australia, si no en el mundo entero.
Gracias a Searching for Sugarman, Rodriguez es historia de la música.
Now I’m tired of lying and I’m sick of trying
Cause I’m losing who I really am
And I’m not choosing to be like them
Cause I’m losing who I really am
And I’m not choosing to be like them
And if you get bored and you got loneliness
Or it’s dislike for me you express
I won’t care if you’re right or you’re wrong
I won’t care cause you see I’ll be gone
Or it’s dislike for me you express
I won’t care if you’re right or you’re wrong
I won’t care cause you see I’ll be gone
Maybe today, yeah
I’ll slip away
I’ll slip away
(I’ll Slip Away)
Fuente: Jotdown.es
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