"Todas están en mi cerebro, recordándome la clase de bestia que soy. Cuando pienso en ellas me doy cuenta del monstruo que hay dentro de mi".
Peter Sutcliffe
En
Gran Bretaña, no existe asesino más popular y famoso que el mismísimo
Jack, aquel que en el siglo XIX provocó la mayor alarma social conocida
en Whitechapel, un barrio de la capital inglesa.
Pero
si la bruma londinense ha ocultado la identidad de este psicokiller, no
ha hecho lo mismo con la de otro conocido y temido asesino de
prostitutas, que a imagen y semejanza de su antecesor victoriano,
culminó con éxito la masacre de varias mujeres, a finales del siglo
pasado.
Peter
William Sutcliffe nació el 2 de junio de 1946 en Bingsley, en la región
de Yorshire. Durante su niñez, no cumplió las expectativas que su
padre, deportista y persona muy activa, depositó en él.
Por
el contrario, llevó una infancia y una adolescencia tranquila, más
volcada a la lectura y la contemplación. Esto le causó no pocos
problemas con sus compañeros de colegio, que solían tener al joven Peter
en el blanco de sus abusos.
Al
cumplir los 15 años, se comenzó a interesar por el fisioculturismo,
cosa que agradó a su progenitor, que comenzó a ver como sus aficiones se
decantaban, por fin, hacia el deporte.
Abandonó sus estudios y comenzó a trabajar, aunque no consiguió encontrar un trabajo que le durara demasiado tiempo.
A
los 18 años se interesó más a fondo por las motos, y se convirtió en un
experto en la mecánica y a ello decantó su futuro profesional.
También,
para alivio de su padre, conoció a Sonia Szurma, hija de un inmigrante
checoslovaco, de quien se enamoró, y con quien terminó casándose.
Con
el tiempo, Peter encontró trabajo en el cementerio local, y allí
trabajó durante un tiempo como enterrador, hasta que por fin, consiguió
el carnet de conducir para camiones y comenzó a ganar dinero como
chofer.
Pero
la verdadera personalidad de Peter comenzaba a aflorar. Su compañero,
Gary Jackson, comentaba que Peter utilizaba los cadáveres que enterraba
como parte de bromas pesadas y sustraía anillos, collares y otros
objetos de valor de los ataúdes. No era una persona muy equilibrada, por
lo que se veía.
Por
esa época, Peter frecuentaba los barrios bajos de Yorkshire, donde
suelen estar ubicados los prostíbulos y los pubs de obreros.
Robin
Holland, su cuñado, solía acudir con él a beber, aunque se cansó de ver
como en casa criticaba duramente a los hombres que frecuentaban
prostitutas y él mismo lo hacía sin reparos y dejó de acompañarlo.
Sonia sufrió varios abortos, y finalmente, le dieron la noticia que rompió la normalidad de Peter: no podían tener hijos.
No
se sabe con certeza si fue esta noticia o si lo que ocurrió tenía que
ocurrir, pero fue a partir de entonces cuando comenzó la escalada
criminal de Sutcliffe.
Primero
le tocó el turno a Anna Rogulskyj, el 5 de julio de 1975. Fue
sorprendida por Peter cuando estaba en el exterior de su casa, enfadada
por un desplante de su novio. Peter se acercó por detrás y le golpeó
con un martillo. Cuando la tuvo atontada en el suelo, decidió coger una
navaja y comenzó a cortar la piel del vientre de la joven. Por suerte,
un vecino lo vio y le hizo huir de la escena del crimen, sin consumar el
asesinato.
Un
mes más tarde se cebó con Olive Smelt, quien también consiguió escapar
con vida, tras ser vista por un paseante mientras el atacante le cortaba
la espalda.
Wilma McCann fue su primera víctima real. La recogió en una carretera de Leeds, donde estaba haciendo
dedo, y le sugirió a Peter “realizarle un servicio”. Willma estaba
bebida, y le exigió rapidez a Peter, quien, molesto, aprovechó un
descuido de la mujer para reventarle el cráneo con un martillo y
proceder, por fin solo, a apuñalar sin piedad el cuerpo.
Fue encontrado al día siguiente por un lechero y se consideró como el primer asesinato del destripador de Yorkshire.
Los
años siguientes fueron años de terror para la región, ya que los
cuerpos sin vida de prostitutas aparecían sin pausa, y de vez en cuando
se reportaban ataques frustrados del misterioso asesino.
Comenzaban a aparecer pistas sobre su identidad, pero no se conseguía averiguar quien era realmente.
La
policía recibió, además, unas cartas y grabaciones de alguien que decía
ser el asesino, remitidas por alguien que no era Peter, lo que
consiguió entorpecer todavía más las investigaciones.
Peter
fue interrogado varias veces, aunque su intervención en los hechos fue
descartada, pese a que algunos amigos suyos, como Trevor Birdsall,
acudieron a la policía con la sospechae que Peter era realmente el
destripador.
La cantidad de trabajo acumulado, ya que eran varios años de investigaciones y papeles con denuncias, sospechas e indicios.
El
mes de enero de 1981 contrató los servicios de una prostituta en
Sheffield. Aparcó su coche en una calle, y la fortuna quiso que fueran
vistos por un policía, que se acercó a ver qué hacían.
Fueron
conducidos hasta comisaría e interrogados. Las pistas que dio sobre su
identidad hicieron sospechar a los agentes, quienes al fin consiguieron
identificarle como un más que posible sospechoso.
En
el lugar de la detención se encontró un martillo, que había sido
escondido por Peter en el momento de la identificación, y en el calabozo
se halló la navaja inculpadora.
Por fin, cinco años de terror habían acabado.
En
el juicio, se hizo pasar por esquizofrénico, aunque el jurado determinó
que era perfectamente consciente de sus actos y fue condenado a
prisión. En la misma fue atacado hasta en tres ocasiones por presos, y
en el año 2011 cumplirá los primeros 30 años de condena, y podrá
acogerse a la libertad condicional, si la ley no lo impide.
Lista víctimas del destripador de Yorkshire: | |||
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