El rey abdica en favor de su hijo, Felipe VI
Fotografía publicada por la Casa Real en Twitter el momento en el que el rey entrega a Rajoy el documento de su abdicación.
El rey abdica. Así lo ha anunciado este lunes el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que convocó de urgencia a la
prensa para informar de la histórica noticia. Juan Carlos cede el trono y
la jefatura del Estado a su hijo, el príncipe de Asturias, que una vez
haya concluido el proceso legal marcado por el artículo 57 de la
Constitución para la transmisión de la Corona, se convertirá en Felipe VI de España.
Rajoy —que mantuvo una comunicación con el rey esta misma mañana,
según fuentes de Moncloa— se limitó a expresar la "voluntad" del rey de
renunciar al trono, sin especificar los motivos de su marcha. "He
encontrado al rey convencido de que es el mejor momento para que pueda
producirse con normalidad el cambio en la jefatura y la transmisión de la Corona al príncipe",
dijo. "Su majestad desea comunicar sus motivos a los ciudadanos
personalmente esta mañana",anunció. De hecho, Casa Real ha comunicado a
la prensa que el rey hará una declaración institucional este mediodía desde el Palacio de la Zarzuela.
El
presidente también ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario
para mañana, a las 12.00 h, para comenzar con el proceso legal de cese
del trono. Para ello, es necesario aprobar una Ley Orgánica que resuelva la renuncia del monarca,
según está estipulado en el artículo 57.5 de la Carta Magna. Pese a que
el anterior Gobierno llegó a pedir opinón al Consejo de Estado para
modificar el artículo que estipula la prevalencia del hombre sobre la
mujer en la sucesión del trono, la norma que prepara el equipo de Rajoy se limitará, simplemente, a regular la cesión de la Corona desde Juan Carlos a Felipe
sin introducirse en otros aspectos como el funcionamiento de la
regencia o el papel de la reina "consorte". El reglamento del Congreso
de los Diputados ofrece vías rápidas para la aprobación de las leyes,
incluidas las orgánicas, aunque ni Rajoy ni Zapatero las han utilizado
nunca para desarrollar el título II de la Constitución, que lleva 37 años sin modificarse.
El proyecto de ley que salga mañana del Consejo de Ministros llegará
después al Congreso para su aprobación y, de ahí, al Senado. Si la norma
consigue la mayoría absoluta (176 votos a favor) que
necesita, podrá entrar en vigor. El proceso durará el tiempo que
estipulen los grupos parlamentarios de ambas cámaras. Aunque en la
Cámara baja no hay pleno esta semana, éste podría ser convocado
igualmente para tramitar cuanto antes la sucesión y el príncipe podría
convertirse en Felipe VI esta misma semana.
"Espero que en un plazo breve las Cortes puedan proceder a la proclamación como rey del que hoy es príncipe de Asturias",
expresó Rajoy. Hasta entonces, según fuentes de Moncloa, el presidente
seguirá desarrollando su agenda con total normalidad. Mientras, el rey
ha cancelado un almuerzo que tenía previsto en Barcelona con motivo del
Congreso de la Federación Internacional de Esquí.
"Normalidad" y "tranquilidad"
Por
su parte, el jefe del Ejecutivo alabó la figura tanto de Juan Carlos
como de Felipe e hizo un llamamiento a la "calma". "Estoy convencido de
que sabremos escribir una nueva página de la Historia en un clima
sereno, con tranquilidad", opinó. "Quiero transmitir que este proceso se
desarrollará con normalidad, en un contexto de estabilidad institucional, como una expresión más de la madurez de nuestra democracia", concluyó, previendo, quizás, las peticiones que ya se han producido desde numerosos sectores para que se convoque un referéndum en el que los ciudadanos puedan elegir si quieren el continuismo de la monarquía o la llegada de la III República.
Rajoy
evitó este tema [no admitió preguntas tras su declaración
institucional] y prefirió destacar la figura del rey como "el mejor
símbolo de nuestra convivencia en paz y libertad, el principal impulsor de nuestra democracia, que fue su baluarte cuando la vio amenazada".
Con ello quiso homenajear a la persona que "durante 39 años" se ha
convertido en una "figura histórica" tan ligada a la democracia "que no
se pueden entender una sin la otra", le elogió. También alabó su trabajo
como embajador: "Ha sido la mejor imagen del Reino de España por todos
los rincones del mundo, defensor de nuestros intereses y de todo lo que
pudiera contribuir al bienestar de los españoles".
Dando su apoyo a
la línea continuista, Rajoy destacó de Felipe "su preparación, su
carácter y su amplia experiencia en asuntos públicos" que constituyen,
dijo, "una sólida garantía de que su desempeño de las labores como jefe del Estado estará a la altura de las expectativas", concluyó el presidente.
Popularidad por los suelos
La abdicación del rey se trata de un hecho inédito en la democracia española
y una decisión que venían reclamando numerosos sectores de la sociedad
desde hacía años. El descrédito y la pésima imagen que ofrece la
institución monarquía han ido a más en los últimos tiempos. Sobre todo,
debido al proceso judicial en marcha contra su yerno, Iñaki Urdangarin, y contra su hija, la infanta Cristina, por el caso Nóos.
En clave personal, su peor momento llegó con la caída que sufrió en abril de 2012 durante un viaje a Botsuana durante el se que encontraba cazando elefantes. Quedarán para el recuerdo sus disculpas al ser dado de alta en Madrid. "Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir", dijo el monarca. Pero ese no ha sido su único paso por el hospital en los últimos tiempos y es que su salud ha experimentado un evidente declive que se ha evidenciado por las siete intervenciones las que se ha sometido en los últimos tres años.
Tras los pasos de Beatriz y Alberto II
AGENCIAS
La
abdicación es, al igual que en España, una decisión inusual entre las
realezas europeas y sólo se ha adoptado desde comienzos del siglo XX en
casos puntuales; las dos últimas han sido, en 2013, las de la reina
Beatriz de Holanda y la del Alberto II de Bélgica.
En los últimos
años, la primera en hacerlo fue la reina Beatriz, quien el 28 de enero
de 2013 anunció que pasaba el testigo a su hijo Guillermo. La monarca,
que iba a cumplir 75 años, argumentó que era "el momento" de abrir paso a
"una nueva generación". Y después llegó la de Alberto II de Bélgica,
quien el 3 de julio de 2013 renunció por motivos de salud. "Constato que
mi edad y mi salud ya no me permiten ejercer mi función como desearía.
Sería faltar a mis deberes y mi concepción de la función real querer
mantenerme en ejercicio a cualquier precio", señaló entonces en un breve
discurso televisado.
Sin embargo para encontrar la primera
abdicación del siglo XX hay que remontarse a 1917. Fue la del zar
Nicolás II y la renuncia de su hermano, el Gran Duque Miguel, que
llegaron con el estallido de la Revolución rusa. Un año después, en
noviembre de 1918, fue el káiser Guillermo II de Alemania quien abdicó
tras la derrota en la I Guerra Mundial (1914-1918) y acabó por asilarse
en Holanda.
En septiembre de 1922, Constantino I de Grecia cedió
la corona de ese país en el príncipe heredero, que pasó a reinar como
Jorge II. En Gran Bretaña, la renuncia del rey Eduardo VIII en diciembre
de 1936 llevó al trono a Jorge VI, padre de la actual monarca
británica, la reina Isabel II.
El español Alfonso XIII, fallecido
en Roma el 28 de febrero de 1941, abdicó poco antes sus derechos
dinásticos en su tercer hijo, don Juan de Borbón, el 15 de enero de ese
mismo año. Pero éste nunca llegó a reinar de hecho y en 1977 presentó
oficialmente la renuncia a sus derechos al trono ante su hijo, el actual
rey de España, Juan Carlos I. En mayo de 1946, el rey de Italia, Víctor
Manuel III, renunció en favor de su hijo, el príncipe de Piamonte,
quien subió al trono como Humberto II.
En Rumanía, donde reinó la
dinastía de Hohenzollern-Sigmaringen entre 1866 y diciembre de 1947, su
último rey fue Miguel I, que fue obligado a abdicar por los comunistas
apoyados por los rusos que habían ocupado el país al final de la Segunda
Guerra Mundial. Este último había llegado al trono tras la renuncia de
su padre, Carol II. El rey Leopoldo III de Bélgica delegó sus poderes en
su hijo Balduino I, que le sucedió en 1951. En este país se produjo en
1990 el abandono por un día del puesto del rey Balduino, quien por
convicciones éticas se negó a dar la preceptiva sanción real a una
enmienda legal que despenaliza el aborto en el país. La última
abdicación del siglo XX tuvo lugar en Luxemburgo, cuando Enrique de
Nassau llegó al trono al renunciar su padre, el Gran Duque Juan, el 6 de
octubre de 2000.
La abdicación es una fórmula casi
consuetudinaria en Holanda. El príncipe Guillermo se convirtió en el
nuevo rey de los Países Bajos el 30 de abril de 2013, tras el anuncio de
cese en la jefatura del Estado de su madre, la reina Beatriz, en enero
anterior. Esta había llegado al trono en 1980 tras la renuncia a su vez
de la reina Juliana, la cual había sido coronada después de abdicar
también la reina Guillermina en 1948. En el caso del Alberto II de
Bélgica, que anunció su renuncia a comienzos de julio de 2013, dejó el
trono el 21 de ese mismo mes, tras 20 años de reinado, y le sucedió su
primogénito, Felipe.
Fuente: Publico.es
OJALA LA ABDICACION DEL REY FUERA EL PRINCIPIO DE ALGO IMPORTANTE PARA EL PAIS, PERO SIMPLEMENTE ES UNA SUCESION ESTUDIADA PARA NO DAÑAR TODAVIA MAS EL SISTEMA QUE INTENTAN MANTENER, EL MISMO QUE CONSIGUE 6 MILLONES DE PARADOS, (MUCHOS SIN COBRAR UN CENTIMO) LA PRIVATIZACION DE LA SANIDAD Y LA EDUCACION, LA PERDIDA DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y LA ABSOLUTA IMPUNIDAD DE LOS CORRUPTOS.