“Veremos si decidieron paralizar el
derribo para callar bocas o porque realmente han visto lo importante que
es el centro para los vecinos”, señalaron los miembros de la Asamblea
de Sants, luego de que el Ayuntamiento haya paralizado la demolición del
centro social el cual será reconstruido entre los vecinos.
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Ayer 15:05
Mundo, Organización social
“Todo sigue adelante. Las manifestaciones previstas se van a mantener”, dice Pau, miembro de la Asamblea de Sants.
Explica que sigue en pie la convocatoria de mañana por la mañana para
ir a construir el centro entre todos los vecinos a pesar de que el
Ayuntamiento haya anunciado que paraliza su demolición y que está
abierto al diálogo. “Mañana veremos si lo han hecho para acallar bocas o
porque realmente han visto lo importante que es el centro para los
vecinos”.
“Defendemos la organización de la gente para llevar a cabo proyectos, defendemos los barrios”.
La condición indispensable que
impusieron los vecinos para negociar con el Ayuntamiento era que éste
paralizase la demolición del edificio ‘okupa’ de Can Vies. El
Consistorio ha accedido. Y sin embargo, el colectivo sigue pidiendo la
dimisión del regidor del distrito de Sants, Jordi Martí, y del alcalde
de Barcelona, Xavier Trias. “Por cómo han llevado todo esto”, explican
desde la Asamblea de Sants.
La marcha convocada a las 19.00 horas de
mañana también se mantiene. Pau adelanta cuál será el lema:
“Construimos alternativas, defendemos los barrios”. Protestarán
por “todo lo que ha pasado” y reivindicarán el “modelo de Can Vies, un
sistema alternativo montado al margen de las instituciones”. Y añade:
“Defendemos la organización de la gente para llevar a cabo proyectos,
defendemos los barrios”.
Así lo detallan también en su página
web. “Los acontecimientos que están produciéndose van más allá del
desalojo, y son una muestra de rechazo a
todos los ataque que estamos sufriendo por parte del Gobierno y el
poder”, se lee. También condenan la actuación policial. Afirman que es
la culpable de que las marchas se hayan convertido en fenómenos de
violencia y exigen que se detenga su despliegue.
También piden la liberación de los
detenidos en las cargas policiales. “Queremos remarcar que ha habido más
de 100 heridos a causa de la brutalidad policial, y que se han abierto
unos 40 procesos penales. Eso no quedará así. No tenemos miedo porque
con el desalojo y la demolición de Can Vies han hecho caer la gota que
colma el vaso de la rabia por tanta injusticia social”, puede leerse.
Convocan a los vecinos a asistir este
sábado a ayudar a la reconstrucción de la parte del edificio que ya está
demolida. “Si tanta buena voluntad tiene el Ayuntamiento, lo tiene muy
fácil: que nos deje volver a construir en paz los que ellos nos han
destruido con la violencia”, añaden.
Y terminan: “Nos vemos en las caceroladas de hoy y mañana durante todo el día. Estad atentos a las diferentes convocatorias”.
María Ángeles Molina Fernández, más conocida como «Angie», nacida
hace 40 años en Zaragoza, es el prototipo de “viuda negra” o “mujer
fatal”. Atractiva, fría, calculadora, peligrosa, obsesionada con el
dinero y la posición social. Ha sido condenada en Barcelona a 22 años de
cárcel por asesinar a una compañera de trabajo y suplantar su
personalidad para cobrar sus seguros de vida en 2008. Angie preparó cuidadosamente la escena del crimen para tratar de
despistar a los investigadores simulando un crimen por móvil sexual.
Nada de eso le
sirvió, al menos en este caso. En 1996 su marido murió en extrañas circunstancias y Angie cobró un suculento seguro de vida.
Angie era jefa de Recursos Humanos de una empresa textil de
Barcelona. En ese ámbito laboral conoció Ana María Páez y se ganó su
amistad.
Valiéndose precisamente de su amistad y de las facilidades que le daba su cargo de jefa de recursos
humanos de la empresa en la que trabajaban, pudo hacerse con la
documentación de Ana María con la que, haciéndose pasar por la víctima,
abrió diversas cuentas y suscribió pólizas de crédito con entidades
bancarias por un importe de 102.000 euros y seguros de vida por valor de
840.000 euros, haciendo beneficiaria a una tercera persona, ajena a la
trama pero de la que también había conseguido su documentación.El crimen ocurrió la noche del 19 de febrero de 2008 en un
apartamento de alquiler en el barrio de Gràcia de Barcelona, un loft que
se alquila por horas, generalmente por parejas en busca de un lugar
discreto para tener sexo. En ese lugar Angie adormeció a su amiga con
una sustancia que no se ha podido determinar, la asfixió con una bolsa
de plástico que le puso al cuello y posteriormente la impregnó con el
semen de dos gigolós para simular un móvil sexual.
LA INVESTIGACIÓN
En el apartamento los Mossos d’Escuadra no encontraron ni un solo
objeto personal de la víctima que permitiera su identificación. Ni su
ropa ni su documentación estaban ahí. Junto al cuerpo había una peluca
negra y unas botas. Alguien se llevó el resto. El apartamento estaba
alquilado por tres días, del 18 al 21 de febrero, a nombre de la
víctima. Los investigadores empezaron a indagar en la vida de la víctima.
Feliz, reservada, responsable y extremadamente creativa, el entorno
afectivo de la fallecida rechazó la hipótesis del suicidio y mostró
razonables dudas ante la posibilidad de que Ana fuera capaz de llevar a
sus espaldas una doble vida. Uno de los aspectos que se mira en estas investigaciones por
homicidio es el entorno laboral de la víctima. Ahí surge Angie. En sus
primeras declaraciones ante los Mossos, Angie admitió que habló por el
móvil con Ana el martes de la desaparición, pero que no la vió. Y expuso
su coartada. No podía haber quedado con su amiga porque precisamente
ese día regresaba en coche desde Zaragoza. Venía de recoger las cenizas
de su madre. Explicó con todo lujo de detalles —algunos, innecesarios—
su coartada para aquella jornada. Pero los agentes que participaron en
la investigación desmontaron su coartada. El rastreo del móvil de Angie
la situaba, a las nueve de la noche de ese día, a 300 metros del
apartamento donde, horas después, la señora de la limpieza halló el
cadáver desnudo de Páez. En las horas previas a su desaparición, la víctima había extraído una
importante cantidad de dinero de una de sus cuentas corrientes. Los
investigadores concretaron la hora y revisaron las imágenes de las
cámaras de seguridad de la oficina. Ninguna de las mujeres que entró ese
día a ese banco se parecía a Ana Páez, pero destacaba una atractiva
mujer con una melena negra repeinada en exceso, como si llevara una
peluca, similar, por cierto, a la encontrada junto al cadáver. Mostraron
la imagen de la mujer al compañero de la fallecida y este aseguró que
no era Ana, pero que se parecía mucho a Angie. La amiga de su novia a la
que él había visto por primera y última vez en el entierro.
También pudieron descubrir que diversos bancos enviaban cartas con el
nombre de Ana María Páez al domicilio de Angie. Las sospechas eran cada
vez más importantes. Tras apoderarse del DNI y otros documentos de su “amiga” Ana Páez,
Angie contrató préstamos a su nombre durante dos años. Seis trabajadores
de entidades bancarias y compañías de seguros la reconocieron como la
mujer que, con una peluca, firmó los contratos. Además los peritos
caligráficos ratificaron que la firma es de la acusada. Con todos esos indicios, tres semanas después del crimen se procedió a
detener a Angie. Registraron su piso y hallaron un bote de cloroformo,
la misma sustancia que había usado supuestamente para dormir a la
víctima antes de asesinarla. El frasco encontrado, sin embargo, estaba
cerrado y sin usar, detallaron los agentes. Angie dijo que lo había
comprado por dos razones, a cual más extravagante. Una: que se lo habían
recomendado para arreglar “unos candelabros de plata y metacrilato”. Y
dos: que su hija lo necesitaba para unas “prácticas con un conejo” que
debía hacer en la escuela. Los investigadores de homicidios de Barcelona sostienen ante la juez
que Angie mató a su amiga movida solo por la ambición y el dinero. Angie
llevaba dos años desdoblándose en Ana. Suplantando su identidad,
contrató varios préstamos y seguros de vida. Se hacía pasar por Ana y
firmaba como Ana. Unas semanas antes del crimen la acusada suscribió
seguros de vida por valor de 1,2 millones, también a nombre de Ana Páez. En su plan para desviar la atención y apuntar a un crimen sexual, la
acusada contrató a dos gigolós para que eyacularan en un bote de
plástico. Angie adormeció a la víctima, la asfixió e impregnó con ese
semen la vagina y la boca del cadáver para apuntar a un móvil sexual y
confundir a los Mossos d’Esquadra. Dias antes del asesinato Angie acudió
al local de prostitución masculina American Gigoló. Buscaba dos chicos
“grandes” para un servicio especial. “Me dijo que tendrían que eyacular
en un recipiente, que ella se excitaría luego echándose el semen por el
cuerpo”, recordó en comisaría tiempo después el dueño de la agencia de
contactos.
La mujer eligió a Nacho, un latino blanco de metro noventa, y a
Aarón, un mulato venezolano de 30 años y la misma estatura. “Mientras
nosotros nos masturbábamos, ella leía una carpeta. Me dio 30 euros, y a
Aarón, cuando terminó, le dijo que era muy poca cantidad y que volviera a
hacerlo”, recordó Nacho ante el juez. Su compañero añadió que ella dijo
que le gustaban los hombres y que todo formaba parte de una apuesta que
tenía con sus amigas. No dejó nombre ni datos. El responsable del local también identificó sin dudarlo a la acusada
como la mujer que contrató por 200 euros a los chicos para un servicio
que “no era habitual”. La acusada, que también acudió allí con peluca,
dice que la usaba para “juegos sexuales”. Según los investigadores las dos mujeres cenaron juntas. La asesina
durmió a su víctima y modificó la escena. Tumbó a Ana en el sofá y la
desnudó sin desprenderla de sus joyas. Colocó semen de dos gigolós, en
la boca y en la vagina, por separado, y le ató una bolsa de plástico en
la cabeza, que selló con cinta aislante para provocar que la joven
muriera por asfixia. Limpió el apartamento y se llevó la ropa de Ana. ¿Que pretendía? Solo ella lo sabe, pero se sospecha que pretendía que
los investigadores dudaran entre el suicidio, la violación o una orgía
sexual. Unas líneas de trabajo que ni se llegaron a plantear en serio.
No son suficientes unos cuantos capítulos de CSI para engañar a la
policía.
EL JUICIO Durante el juicio Angie no se derrumbó. Se defendió de las
acusaciones como pudo; en ocasiones, con coartadas inverosímiles y
explicaciones raras; otras veces, negando la mayor o culpando a su
abogado, siempre fría y desafiante ante los jueces y ajena al dolor de
la familia, que llenó la sala de vistas.
Pese al alud de indicios que recoge el fallo, el tribunal admitió que en
la instrucción de la causa se ha producido «algún déficit» en la
investigación y se han dejado de practicar algunas diligencias que
podrían haber permitido un mayor esclarecimiento de algunos hechos. En
su voto particular, el magistrado Pedro Martín no discrepa sobre la
autoría del crimen, pero sí sobre las circunstancias de la muerte de Ana
Páez y arremete contra la policía que investigó el asesinato, el
instructor del caso y la Fiscalía por su «inexplicable decisión» de no
analizar las muestras obtenidas bajo las uñas de la víctima para
encontrar posibles signos de defensa que apuntaran a un homicidio, en
vez de un asesinato.
Martín, que recoge alguno de los argumentos esgrimidos en el juicio
por la defensa, sostiene en su voto particular que no está probado que
la procesada adormeciera a la víctima con una sustancia que la privó de
sentido, antes de matarla, dado que los forenses no detectaron en el
cadáver la presencia de ningún tóxico capaz de sumir a una persona en la
inconsciencia. Los peritos apuntaron en el juicio que cada día aparecen
nuevos productos con capacidad de adormecer a una persona, pero, según
el magistrado, si ninguno de ellos fue capaz de citar una sustancia
somnífera que no deje rastro, menos debía conocerla la procesada,
“persona carente de cualquier conocimiento científico”.La pareja con la que Angie mantenía una relación en el momento del
crímen, un empresario catalán que siempre la defendió tras el asesinato,
le dió la espalda después de encontrar en la cisterna de su vivienda el
DNI y el pasaporte de Ana María Páez. Quienes han tenido contacto con ella, tanto en el ámbito laboral como
personal, coinciden en que se trata de una mujer fría, con una gran
dificultad para expresar sentimientos. La condenada, que lleva cuatro
años en prisión por el brutal crimen, es una bon vivant obsesionada por
el dinero y las apariencias, capaz de crear mundos de fantasía que solo
existen en su cabeza.
Emilio Zegrí, abogado de la acusación particular, dijo en el juicio
que los rasgos de personalidad de la acusada coinciden, punto por punto,
con los psicópatas. “Es una persona ensimismada, fría, sin empatía ni
sentimiento de culpa”, explicó Zegrí. El fiscal del caso también la
tildó de “fría, calculadora y muy inteligente”. La acusada intentó dar respuesta al hecho de que los Mossos
d’Esquadra hallaran restos de su ADN en el apartamento de Gràcia donde
apareció el cadáver de Páez. Dijo que bien podía ser porque había
prestado una de sus pelucas a su amiga, que la había encontrado “mona”, y
ya se sabe que ahí siempre quedan restos de cabello. ¿Por qué tenía una fotocopia del DNI de Páez en su casa? “Porque,
como jefa de personal, compraba billetes de avión a los empleados”,
respondió la acusada, que no mostró ni una pizca de nervios y adoptó un
tono desenfadado y, en ocasiones, desafiante. En casa de su pareja,
además, se halló el DNI de la fallecida. Pero todo tiene su razón de ser
en la versión de Angie: su amiga lo había dejado allí por un descuido y
pensaba devolvérselo. Pero cuando la policía la interrogó por primera
vez, como testigo, le entró miedo y decidió “guardarlo” tras la cisterna
del lavabo. En el rastreo de su ordenador, la policía descubrió que había buscado
en Internet palabras como “cloroformo”, “muerte” y “certificados de
defunción”. Angie contestó imperturbable como siempre: “Mi madre había
muerto y quería saber qué tenía que hacer para cancelar una cuenta a su
nombre”.
Tras el crimen, los agentes visitaron a la persona que figuraba como
beneficiaria de todos esos seguros de vida. La mujer, llamada Susana,
trabaja en una joyería de la Diagonal y no conoce ni a la víctima ni a
su asesina; simplemente, en noviembre de 2007 había acudido a hacer
fotocopias a un Work Center y había perdido el DNI, el mismo que la
policía encontró luego en una bolsa oculta en la cisterna de casa de
Angie. Para no dejar huellas, Angie tampoco daba su dirección real.
Firmaba como Ana María Páez y dijo vivir en una casa de otra zona de
Barcelona, cuyo portero no entendía por qué durante los últimos seis
meses llegaban tantas cartas de bancos y aseguradoras a nombre de la tal
Páez. En ese piso vivían realmente un matrimonio mayor y su hija,
diseñadora de ropa en Mango, que nada sabían de la historia. María Ángeles Molina Fernández fue condenada en el mes de marzo de
2012 a de 18 años de cárcel por asesinato y de otros cuatro por falsedad
documental en concurso con estafa.
EL MARIDO MUERTO Desde Canarias, otra mujer, llamada Silvia Álvarez, ha declarado ante
la policía. Esta persona cuenta cómo murió su hermano, Juan Antonio
Álvarez, el 22 de noviembre de 1996: “Mi hermano conoció a ‘Angie’ en el
90, ella decía que era noble y tenía dinero, tierras con frutales…
Se casaron; luego vimos que su padre era taxista; todo era mentira.
Mi hermano me dijo que le había sacado diez mil dólares y se había ido a
Madrid”. Silvia añadió que su hermano murió desnudo al lado de la cama,
que en su cuerpo encontraron detergente. Y que tenía un seguro de vida:
ochenta millones de pesetas. Era un 22 de noviembre de 1996 cuando Juan Antonio Álvarez, un
argentino afincado en el sur de Gran Canaria, era hallado muerto en su
vivienda de Sonnenland. El cuerpo de un hombre deportista, trabajador y
con buena salud yacía desnudo en una habitación de su vivienda después
de jugar un partido de pádel. Las causas de la muerte según la autopsia:
suicidio por ingesta de un tipo de fosfato que se encuentra en
detergentes. Para sus amigos todo aquello fue “muy extraño”. En la Isla fue donde conoció a María Ángeles. Se enamoró y se casó
con ella, aunque muy pocos se explican cómo pudo llegar a convivir con
esa persona. “Ella decía que odiaba a los argentinos”, dice Facundo
Sisti, uno de sus amigos. “Recuerdo que muchas veces quería hacer asados
en su chalé, pero no podíamos porque a ella no le gustaba”, añade.
También Mario Venticincue, otro de los amigos de Juan, destaca ese
desprecio hacia los argentinos. “Decía que lo que menos le gustaba de
Argentina eran los argentinos”, apunta. “Es la mujer que no le deseo a
nadie”. La relación continuaba con normalidad, pero Sisti resalta que una
semana antes de la muerte de su compatriota “Juan nos comentó a mi
expareja y a mí que quería divorciarse”. Sin embargo, este pensamiento
chocaba con uno de sus temores, perder a su hija Carolina, que por
entonces sólo tenía cuatro años de edad. “Se desvivía por su niña, pero
tenía miedo de ser separado de ella”, señala. Su mujer llegaba ese día de un viaje a Barcelona. A pesar de la
pérdida, los allegados de Juan Antonio la vieron muy tranquila al día
siguiente durante el funeral que tuvo lugar en la Isla. “Ese día estaba
como de cachondeo”, indica Perdomo. ¿Mató Angie a su marido Juan Antonio Álvarez? ¿porqué cometió tantos
errores en el crimen de Ana María Páez y supuestamente no cometió
ninguno con su marido?. No existe el crimen perfecto, pueda que tuviera
suerte en el primer caso o que no se hiciera una buena investigación.
Sea como fuere, uno se estremece al ver el rostro de esta mujer que deja
un rastro de muerte a su paso. ANGIE LA FRÍA.
'Los mayordomos de los ricos son los que nos están gobernando'
El líder de Podemos asegura no estar satisfecho con el resultado de las europeas
'Ahora toca trabajar para crear una nueva mayoría en nuestro país'
Pensaba que ya se había olvidado de la entrevista.
No, qué va. Es que llevamos un día...
¿Cómo ha sido?
No recuerdo las entrevistas que llevo, es colgar una llamada y entra
otra, centenares de mensajes que no he podido contestar... A partir de
ahora toca trabajar para construir una nueva mayoría en nuestro país.
¿Se esperaba este resultado?
No estamos satisfechos con el resultado. Salíamos a ganar. Muchos
periodistas nos preguntaban cuando las encuestas. Y nosotros decíamos
que no nos poníamos techo. La gente nos decía en los mítines que lo que
estábamos haciendo les devolvía algo de lo que sintieron en el 82. Nos
ha faltado más pista en campaña. Si hubiéramos tenido más días para
explicarnos, el resultado sería mejor.
Cuando dice Podemos, ¿qué podemos?
Podemos llevar el sentido común a la política. Lo que pasa es que
estamos gobernados por los mayordomos de los ricos. Y lo que hace falta
es un gobierno de carteros de los ciudadanos. El 15-M cambió la agenda
política de nuestro país, se vio que la soberanía no podía estar en
manos de poderes que no había elegido nadie: bancos y poderes
financieros que nos han llevado al desastre.
Primera medida si tuviera responsabilidades de gobierno.
Primero: decreto ley de expropiación de las viviendas vacías que
están en manos de los bancos y hacer un parque público de viviendas.
Segundo: prohibición de las puertas giratorias entre los consejos de
administración y los consejos de ministros. Tercero: reforma fiscal para
que paguen los ricos, somos el país de la UE con menos presión fiscal
sobre las grandes fortunas... Para la primera semana no estaría nada
mal.
¿Estará en las generales?
No toca hablar de eso ahora. Ahora toca hacer un buen trabajo en Bruselas. Cuando llegue el momento lo discutiremos...
Pero no dice no.
No. Haré lo que me pidan.
¿Qué le debe a la tele?
La televisión es el principal espacio de socialización política del
país. Desde que empezamos a hacer 'La tuerka' [programa televisivo que
conduce] entendimos que la comunicación audiovisual y el formato de
tertulia es un instrumento clave en la batalla de las ideas en nuestra
sociedad. Decidimos poner a operar políticamente un tipo de discurso.
Creo que ha servido para abrir muchos espacios de participación por
abajo y estamos muy satisfechos.
¿Cuánto gana hoy y cuánto ganará a partir de ahora?
Ahora gano 950 euros como profesor titular interino a tiempo parcial
de Políticas. Pasaré a ganar 1.930 euros al mes, porque hemos
renunciado al resto del dinero.
Diga una palabra... Anguita.
Dignidad.
Izquierda Unida.
Máximo respeto.
El Rey.
Anacronismo.
Europa.
Otra Europa.
España.
Mi país.
Iglesia.
Separada del Estado.
Blesa.
Prisión.
¿Y si Pablo Iglesias levantara la cabeza?
Estaría con Podemos. Seguro.
¿Quién debería preocuparse por el triunfo de Podemos?
La casta. De hecho ya están muy preocupados.
Fuente: Elmundo.es
Podemos, un partido construido en torno a un líder
carismático que se ha dado a conocer por sus intervenciones en
televisión, ha conseguido atraer a más de 1,2 millones de votantes en
sus primeras elecciones. Pero, ¿cuáles son las propuestas que han
cautivado al electorado? Estas son las principales apuestas
programáticas de la formación:
Renta básica
Todos los ciudadanos, por el hecho de serlo,
tendrán derecho a una renta básica que los sitúe por encima del umbral
de la pobreza.
Jornada de 35 horas y jubilación a los 60
Reducir la jornada laboral y la edad de retiro para «redistribuir equitativamente el trabajo».
Derogar las últimas reformas laborales
Y prohibir los despidos en empresas que tengan beneficios.
Establecer un sueldo máximo
Vinculado al salario mínimo interprofesional, para el que propone un «incremento significativo».
Auditar la deuda
Para determinar qué parte puede considerarse «ilegítima» y, por tanto, no abonarse.
Derogar la reforma de la Constitución
Suprimir de la Carta Magna el artículo que consagra la estabilidad presupuestaria.
Nacionalizar empresas estratégicas
En sectores como las telecomunicaciones, la
energía, el transporte o la alimentación. El suministro de luz, agua y
calefacción estará garantizado.
Reforma fiscal más progresiva
Reformar el IRPF, establecer un impuesto a las
grandes fortunas, suprimir las sicav y fijar un IVA superreducido en
productos básicos.
Acabar con las puertas giratorias
Ampliar a cinco años el plazo de incompatibilidad
para que los cargos políticos puedan pasar a empresas sobre las que
tuvieron control regulatorio.
Menos subvenciones para los partidos
Limitar también los gastos que pueden realizar en campaña.
Fin del aforamiento de los diputados
En todas las cámaras, al tiempo que se establece un tope salarial a los cargos electos.
Quitar privilegios a la Iglesia
Tanto los fiscales, como los que se le conceden en materia educativa y frente a otras confesiones.
Ampliar el permiso de paternidad
De igual duración que el de maternidad.
Prohibir los copagos sanitarios
Y forzar la devolución al Estado de los hospitales privatizados.
Aborto libre y gratuito
Y derecho a una muerte digna.
Paralizar los desahucios
De viviendas habituales y establecer la dación en pago retroactiva. Despenalizar la ocupación de viviendas de la banca.
El ‘Dinamita’ podría enfrentar a Manny Pacquiao e intentar conseguir un quinto título
Inglewood, California. Una vez más JuanManuelMárquez
demostró que la edad no es un impedimento para seguir en la elite del
deporte y lo demostró de gran manera. Dio cátedra de boxeo a MikeAlvarado
que empezó muy flojo en los primeros rounds y que fue contragolpeado a
placer por uno de los mejores boxeadores que ha dado México.
JuanManuel fue cauto, paciente, certero y efectivo. Durante los primeros rounds ya no vimos a un Márquez rápido con la cintura o con los pies, sin embargo su velocidad de manos está intacta y le dio un repasón a un rígido MikeAlvarado que tuvo más corazón que técnica.
A partir del quinto round, las combinaciones del ‘Dinamita’ ya castigaban a Alvarado que le costaba moverse lateralmente por el daño en las zonas blandas. La instrucción en la esquina del méxico-americano fue arriesgarse y soltarse, pues la pelea la iba perdiendo claramente ante un experimentado Márquez, que se la sabe de todas, todas.
Para finalizar el octavo round, Márquez hizo una finta de gancho abajo y con una poderosísima derecha casi saca del cuadrilátero a Alvarado que se veía claramente noqueado, sin embargo la campana lo salvó.
Alvarado apostó al todo por el todo y sorprendió a Márquez
en una mala posición y también lo mandó a la lona. El mexicano se
levantó con coraje y demostro que tan solo fue un error y le acertó una
seguidilla de golpes al cuerpo y rematando con uppers de derecha al
rostro de Alvarado que casi vuelve a caer.
El round 11 y 12 fueron de alarido con intercambio. Márquez decidió bajar el ritmo, pues la edad le rindió factura y se dedicó a cuidar la pelea con su clásico estilo de contragolpe.
Las Tarjetas de los Jueces marcaron una decisión unánime por Márquez. 117-109, 117-109 y 119-108. Alvarado reconoció la gran pelea de Márquez y no tuvo más remedio que felicitarlo por su destacada actuación.
En
la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, el general
Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y
encarga esta misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir
el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un
infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El
alto mando militar, irritado por la derrota, y después de intentar sin
suerte que sus amilanados hombres sean ejecutados en el campo de batalla
por su propio ejército, decide imponer al regimiento un terrible
castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados.
Senderos de gloria es el cuarto
largometraje dirigido por el director estadounidense Stanley Kubrick,
quien contaba por entonces con tan sólo veintinueve años, aunque ello no
le impidiera dotar a este magnífico film de una madurez inusitada en
forma de alegato antibélico que ha trascendido en la historia del
séptimo arte como un magno ejercicio de estilo cinematográfico. Senderos
de gloria es cine con mayúsculas, de esas películas que se ven una y
otra vez sin hallar fisura alguna y sí descubriendo matices que en los
primeros visionados podrían pasar desapercibidos. Las interpretaciones
de todo su elenco actoral son magníficas, apoyadas en unos diálogos tan
afilados y sólidos que engrandecen aún más un conjunto cuya puesta en
escena y la utilización de la elipsis narrativa son simplemente
inmejorables (los encargados de adaptar la novela escrita por Humphrey
Cobb en que se basa el film fueron el propio Kubrick acompañado por
Calder Willingham y Jim Thompson).
Estamos ante un trabajo
donde, primando el género bélico en su contexto histórico y en el
desarrollo de la acción, se permite el lujo de intercalar de manera
esporádica elementos de puro terror (primeros planos de hombres
asesinados a quemarropa); elementos humorísticos e irónicos, como ocurre
en todas aquellas situaciones en las que por culpa de las borracheras
de poder de unos ineptos condecorados hasta las cejas la sin razón se
impone a la cordura. Kubrick se ríe de la ilógica de la barbarie, pero
es una risa helada y nerviosa. También atisbamos algunos momentos
melodramáticos esporádicos, una vez que la tensión desaparece,
ragalándonos una de las escenas más hermosas (y que además sirve como
guinda perfecta al delicioso pastel) en aquella pequeña taberna donde
mediante una simple melodía se puede llegar a alcanzar el grado más alto
de emoción. Pero antes de llegar a ese emotivo final, donde se
recomienda encarecidamente tener los kleenex a mano, ya hemos asistido a
un juicio sumarísimo donde la miseria humana queda en evidencia al
condenar a tres justos por pecadores a purgar con unas cargas que no les
corresponden (impresionante Kirk Douglas en su rol de abogado defensor
de las causas perdidas de antemano) y a una cruenta batalla
desequilibrada entre franceses y alemanes por la conquista de una colina
donde la aniquilación es aplaudida y la condición humana se ve
humilllada por el intento de medramiento de unos pocos (un repelente y a
la vez genial Adolphe Menjou en uno de los últimos papeles de su
carrera) que dirigen la contienda desde palacetes y cómodos sillones.
Para la memoria del
cinéfilo también quedará marcada en su retina aquel barrido de cámara
que tiene lugar en las trincheras donde se nos enseña toda la crueldad
de la guerra en forma de cadáveres y algunos soldados supervivientes con
evidentes taras físicas y mentales, un auténtico alarde de dirección
donde ya se empezaba a forjar uno de los talentos indiscutibles del cine
mundial, quien años más tarde volvería a incidir en su alegato contra
la guerra y a favor de la dignidad de la persona humana en la muy
recomendable La Chaqueta metálica.
Bellamente fotografiada
por el alemán Georg Krause (quien se especializó en fotografiar
películas de guerra con títulos como La hora de los inocentes o
Fugitivos del terror) y con una banda sonora compuesta por Gerald
Friend, quien acompañara a Kubrick, musicalmente hablando, en sus cinco
primeras aventuras cinematográficas (en esta ocasión sazonada por una
animada Marsellesa con la que se ameniza los títulos de créditos
iniciales y la desgarradora canción folklórica alemana cantada a capella
por Cristiane Kubrick, la mismísima futura esposa del director y una
mujer que a parece a lo largo y ancho de todo el metraje), y
posteriormente tarareada por todos los concurrentes con la que se cierra
el film.
En definitiva, una
auténtica delicia visual que cala en el espectador y de qué manera, y es
que su ritmo endiablado no concede un respiro, hilando estupendas
escenas mucho más irónica y poderosas a medida que avanza el cruel y
virulento relato hacia un irrepetible clímax. Esencial.
Lo mejor: Lo imprescindible de su mensaje, vigente por los siglos de los siglos. Lo peor: Aunque parezca mentira, la realidad supera con creces a la ficción.
“Si devoré a esas personas fue porque tenía hambre y me estaba muriendo”.- Richard Chase
Richard Trenton Chase nace
el 23 de mayo de 1950 en Sacramento,
California (Estados Unidos). Desde muy joven, es conocido por su conducta
psicótica con rasgos de apatía y constante agresividad. Sufre enuresis hasta
los ocho años, y mojar la cama es algo que le causa constante vergüenza, pero
que no puede controlar. Desde los doce años, Chase sufre las constantes peleas de sus
progenitores. Su padre, alcohólico, no escatima insultos y violencia contra su
esposa, quien lo acusa de querer envenenarla y de ser un drogadicto además de
un borracho. Diez años duran las peleas. Este escenario termina en divorcio y
su padre vuelve a casarse poco después, pero para entonces, toda la situación
de violencia ha marcado profundamente la psique del chico. Su único desahogo es
escribir un diario, que llevará por años. A duras penas, concluye sus estudios
de secundaria. Su autoestima se devalúa cada vez más.
Para 1969, RichardChase consigue un empleo en el cual dura algunos
meses. Después de que lo despiden, sólo encuentra trabajos de un par de días. A
los veintiún años, Chase se va de casa para compartir piso con unos
amigos. Allí, continuamente drogado, su estado mental se deteriora
aceleradamente: empieza a obsesionarse con la idea de que una organización
criminal trata de acabar con él. Para protegerse, clava con tablas la puerta de
su habitación, entrando y saliendo de ella por un pequeño agujero que hace en
el fondo de un armario de pared. Duerme poco y mal, vigilando constantemente
para que no lo atrapen los sicarios cuando por fin lleguen. En su diario
escribe:
“A veces
oigo voces por teléfono. Ignoro qué voces. Amenazas. Suena el teléfono y
alguien me dice cosas extrañas: que mi madre me envenena poco a poco y que me
voy a morir. Me siento observado. Sé que alguien me vigila…”
Incapaz de tener trabajo, sus padres lo mantienen económicamente y vive a veces
en casa de uno y a veces en casa del otro. Poco tiempo después, Chase se afeita la cabeza y acude asustado al
médico, alegando que su cráneo se está deformando poco a poco y los huesos le
agujerean la piel. También dice sentir que se muere porque alguien le ha
extraído la arteria pulmonar, y nota que su sangre no puede circular. Para
aliviarlo, se inyecta sangre de conejo en las venas. Chase es internado en un hospital psiquiátrico,
saliendo al poco tiempo, pese a la opinión de algunos médicos que lo consideran
peligroso. Una vez libre, deja de tomar la medicación y su conducta comienza a
empeorar. Chase se convence de que su sangre se está
convirtiendo en polvo y que necesita sangre fresca para sobrevivir.
Nuevamente se inyecta y bebe sangre de conejo, tragándose además las vísceras
de los animales. Al poco tiempo cae enfermo y los médicos, tras percatarse de
su obsesión por consumir sangre, lo internan de nuevo, diagnosticándole
esquizofrenia paranoide. De nuevo en el manicomio, Chase emula al personaje de Renfield que aparece en la novela Drácula, de Bram Stoker,
y se dedica a cazar pájaros, a los cuáles les arranca la cabeza a mordidas para
beber su sangre. En su diario comenta sus acciones meticulosamente, habla sobre
la forma en que mata animales pequeños y describe el sabor de la sangre.
También menciona:
“Mi sangre
está envenenada y un ácido me corroe el hígado. Es absolutamente necesario que
beba sangre fresca”.
En 1977, de nuevo en la calle, comienza a secuestrar a numerosos perros y
gatos, a los cuáles decapita, descuartiza y bebe su sangre mezclada con Coca
Cola. Guarda los collares, formando una macabra colección. Luego ataca vacas y
ovejas en el campo para beber su sangre.
Su padre intenta acercarse a él; pasa los fines de semana en su compañía, le
compra regalos y se lo lleva de excursión. Pero es inútil: Chase está totalmente demente. No puede pensar en
otra cosa más que en el ficticio deterioro de su cuerpo. También se obsesiona
con los extraterrestres y habla constantemente sobre Ovnis. Cuando se
encuentra a algún antiguo conocido, le dice que una agrupación nazi lo
persigue desde que estaba en la secundaria. Richard
Chase está convencido de que, a causa de la supuesta
falta de sangre, su estómago se está pudriendo, su corazón disminuye de tamaño
y sus órganos internos se desplazan en su interior. En su mente, se trata de
una metamorfosis que lo transformará en un vampiro humano.
Para
septiembre de ese mismo año, Chase discute con su madre. Incapaz de
controlar su violencia, toma al gato de la casa y lo asesina. Su colección de
collares crece. Luego roba un perro que ve en la calle, y esta vez lo tortura
antes de asesinarlo, beberse su sangre y comerse sus vísceras. Después se
entera de que los dueños ofrecen recompensa; eufórico, los llama por teléfono y
les cuenta cómo torturó y mató al animal.
El 7 de diciembre, Chase va a una armería y se compra un revólver
del calibre .22. Las desapariciones de mascotas continúan. Fascinado por los
crímenes de los primos asesinos, Kenneth
Bianchi y Ángelo Buono,
cometidos en Los Ángeles, guarda
celosamente los recortes de prensa que los mencionan. Señala en los periódicos
los anuncios puestos por personas que regalan gatos o venden perros.
Chase
practica con su nueva pistola. Dispara contra el muro sin ventana de la casa de
una familia apellidada Phares. Al
otro día, dispara contra la ventana de una cocina, partiéndole el cabello a la
señora Polenske, quien está
inclinada y evade la muerte por milímetros.
Richard Chase
decide que es hora de practicar sobre otros blancos, tiene 28 años y una mente
hecha pedazos.
El 28 de diciembre toma su revólver, sale a la calle y le dispara a Ambrose Griffin,
un desconocido a quien ve en la calle. Lo mata mientras el hombre regresa del
supermercado con su esposa, disparándole desde su furgoneta. Griffin vive justo enfrente de la casa
de los Phares, donde Chase
efectuó su primer disparo. Chase comienza a coleccionar recortes de
periódico sobre el crimen aparecidos en el Sacramento
Bee. El 16 de enero, le prende fuego a un granero para alejar a unos
adolescentes que habían puesto música a volumen alto.
Está enloquecido: necesita beber sangre y ya no queda satisfecho al
conseguirla desangrando animales. Ha llegado a la conclusión de que es un
vampiro, así que inicia una cacería humana. El 23 de enero por la mañana,
intenta allanar una casa entrando por la ventana, pero se topa de frente con el
rostro de la dueña. Se sienta entonces en el jardín y allí se queda un rato,
pasmado. La mujer llama a la policía, pero Chase se marcha antes de que lleguen.
Luego se dirige a un centro comercial. Lleva la camisa manchada de rojo y tiene
costras de sangre seca en la boca. Hiede y se nota perdido. Una amiga suya de
la secundaria está en el aparcamiento. Ella no le reconoce hasta que él le dice
quién es. Lo evade, se mete a un banco, pero él la espera hasta que sale. Ella
intenta alejarse y al subirse a su auto, Chase trata de meterse por el asiento del
copiloto pero la mujer logra escaparse.
RichardChase
sigue vagando, luego entra al jardín de otra casa. Es la vivienda de una mujer
llamada Terry
Wallin, una joven de veintidós años con tres meses de embarazo, que
se encuentra sacando la basura. Chase la obliga a entrar en la casa; una vez
adentro, le arranca la sudadera, en pantalón y el sujetador, y después dispara
dos veces sobre ella; aún viva, le abre el vientre para arrancarle los
intestinos, y los esparce cuidadosamente por el suelo.
La mujer no deja de proferir alaridos de dolor. Le mete un cuchillo en uno de
los pechos y retuerce la hoja dentro de la herida; ella muere entre espantosos
dolores. Luego le extirpa el hígado, el diafragma, un pulmón y los riñones,
colocándolos encima de la cama. Chase golpea varias veces el cuerpo sin vida y
después va por un vaso a la cocina. Se dedica a beber la sangre de la mujer,
fresca y caliente. Mastica algunos trozos de vísceras y devora parte de los
órganos internos; se pinta además el rostro con la sangre. Finalmente, abandona
la casa, satisfecho.
A las 18:30 horas, David Wallin, el
esposo de Terry, regresa a su casa
después de trabajar y se encuentra con la carnicería. Aterrado, llama a la
policía. Nunca se ha visto un crimen igual en Sacramento. Los policías acuden al FBI y quien acude es el agente Robert
K. Ressler, creador del concepto “asesino serial”, quien realiza un
perfil del criminal, que es casi coincidente con las características de RichardChase.
La policía busca al asesino, pero no consiguen encontrarlo. Cuatro días
después, la sed se apodera nuevamente de RichardChase, a quien los periódicos han bautizado ya
como “El Vampiro de Sacramento”.
Entra en una casa elegida al azar; una vez allí, se dedica a disparar contra
los habitantes. Mata a Evelyn Miroth, de treinta y seis años; a su hijo Jason,
de seis; y a un amigo de la familia llamado Daniel J. Meredith, de cincuenta y
dos.
Chase lleva el cadáver de Evelyn Miroth a la recámara, donde
la sodomiza. Luego le aplica una puñalada; después le vacía un ojo y se lo
come. A continuación la eviscera y engulle parte de sus órganos internos y bebe
su sangre en un vaso de cristal.
Lleva el cadáver del niño a la bañera; rompe y abre el cráneo del niño, y
comienza a devorar el cerebro. El agua de la tina queda manchada de rojo y con
trocitos de masa encefálica. Alguien llama a la puerta de la casa y se asusta,
así que decide marcharse. En la casa hay además un bebé de veintidós meses, Michael Ferreira,
a quien Chase
secuestra. Se roba la camioneta Ranchera de Daniel J. Meredith y escapa en ella. Abandona el vehículo a unas
cuantas calles, con las llaves puestas; allí lo encuentra la policía.
Ya en su casa, Chase
tortura al bebé un rato. Cuando se aburre, toma un cuchillo y, mientras el bebé
sufre lo indecible, le corta la cabeza, bebe la sangre con fruición, rompe el
cráneo y devora el cerebro crudo.
La gente se muestra aterrorizada. La policía se ve presionada. Los
medios convierten los asesinatos en noticia nacional. “El Vampiro de Sacramento” cosecha fans: mucha
gente asegura que se trata de un vampiro verdadero y que hay que comprenderlo,
no cazarlo. Sesenta y cinco policías dan caza al criminal, en una zona cercana
al lugar donde abandonó la camioneta. Chase sale de casa y, ante el temor de que la
policía lo capture, dispara contra un perro en un club de campo cercano y lo
destaza, bebiendo nuevamente sangre de animal. La policía se entera y estrecha
el cerco.
La ex compañera de la secundaria a quien RichardChase encontró en el centro comercial decide
acudir a la policía; les cuenta lo ocurrido y les comunica sus sospechas de que
él es a quien buscan. Los agentes encuentran sus datos enseguida. Chase
vive a una manzana de distancia del lugar donde se encontró la camioneta
abandonada. Varios policías se colocan alrededor de su domicilio; saben que
posee un revólver y que está totalmente trastornado. Vigilan la casa en espera
de que se asome. Chase aparece poco después. Corre hacia su furgoneta
llevando una caja bajo el brazo. Los policías caen sobre él; Chase
lucha con ellos. Durante el forcejeo, intenta sacar el revólver, pero se le cae
al piso. Finalmente, los agentes logran reducirlo. En la caja lleva varios
trapos ensangrentados y la cartera de Daniel
Meredith está en el bolsillo trasero de su pantalón.
La casa de Chase es un sitio hediondo:
lleno de basura, excremento y trozos de vísceras podridas. Hay sangre seca por
todas partes, periódicos viejos, latas de cerveza vacías, cartones de leche,
trapos sucios, un plato con restos de cerebro encima de la cama y recipientes
con órganos humanos y animales. La policía encuentra un cuchillo de caza con
una hoja de treinta centímetros, una caja de herramientas cerrada con llave y
unas botas de caucho manchadas de sangre. También hallan su colección de
collares de perro y gato, así como tres licuadoras que Chase usa para moler órganos y
sangre.
“La primera persona a la que maté fue por accidente. Mi coche estaba
estropeado. Quería irme pero no tenía transmisión. Tenía que conseguir una
casa. Mi madre no me quería acoger en Navidades. Aquel año no me dejó ir a su
casa y disparé desde el coche y maté a alguien. La segunda vez, las personas
habían ganado mucho dinero y tenía envidia. Me estaban vigilando y disparé a
una señora (conseguí algo de sangre de aquello). Fui a otra casa, entré y había
una familia entera ahí. Les disparé a todos. Alguien me vio allí. Vi a una
muchacha. Ella había llamado a la policía y no habían podido localizarme, yo
estaba intentando sacar información. Dijo que se había casado con otro y no
quiso hablar conmigo. Toda la Mafia estaba ganando dinero haciendo que mi madre
me envenenara. Sé quiénes son y creo que se puede sacar esto en un juicio si,
como espero, logro recomponer las piezas del rompecabezas…”
El juicio se cambia de la ciudad de Sacramento
a Palo Alto. Chase trata de justificar sus
macabros crímenes diciendo que unas voces de seres extraterrestres y otras
criaturas lo acosaban continuamente, obligándolo a matar. El juicio se inicia a
principios de 1979 y el 6 de mayo de aquel año.
Sólo hay juicio porque la fiscalía se empeña en pedir la pena de muerte, la
defensa quiere que Chase sea considerado mentalmente enfermo e
incapaz de someterse a juicio, pero la fiscalía argumenta que Chase
ha tenido suficiente “astucia y conocimiento” en el
momento de los crímenes para ser considerado responsable de sus actos y tener
que responder por ellos.
El jurado sólo delibera un par de horas y lo declara culpable de todos los
asesinatos. El juez lo manda al Corredor
de la Muerte de San Quintín a la espera de su ejecución en la silla
eléctrica.
Tras el juicio, Robet K. Ressler describe su encuentro con Richard Chase
en su libro Asesinos en serie:
John Conway y yo visitamos a Chase en el Corredor de la Muerte de San Quintín en 1979. Conway era el enlace del FBI
con las cárceles de California.
“Visitar a Richard Chase fue una de las experiencias más extrañas que
jamás tuve. Escuché ruidos extraños, gemidos y otros sonidos casi inhumanos
provenientes de las celdas. Nos sentamos en un cuarto a esperar a Chase y lo oímos acercarse por el pasillo. Llevaba
grilletes en las piernas y hacía un sonido metálico seco al andar, lo que me
hizo pensar enseguida en el fantasma de Marley del libro Una canción de Navidad
de Charles Dickens. Además de llevar grilletes, iba esposado y tenía puesto uno
de esos cinturones a los que van atadas las esposas. Sólo podía arrastrar los
pies a duras penas.”
“Su aspecto me dio otro susto. Era un hombre joven, flaco, extraño, con el
pelo negro y largo, pero lo que realmente me impactó fueron sus ojos. Nunca los
olvidaré. Eran como los ojos del monstruo de la película Tiburón. No había
pupilas, sólo puntos negros. Eran ojos malvados que recordé durante mucho
tiempo después de la entrevista. No mostró ninguna señal de agresividad,
simplemente se sentó y se quedó pasivo. Tenía un vasito de plástico en las
manos, algo de lo que no habló al principio. Chase
y yo hablamos con bastante facilidad, considerando su estado mental.
Lo que ponía en peligro su vida era el ‘envenenamiento de jabonera’. Cuando le
dije que no conocía la naturaleza del envenenamiento de jabonera, me ilustró al
respecto. Todo el mundo tiene una jabonera, dijo. Si levantas la pastilla de
jabón y la parte de abajo está seca, estás bien. Pero si esa parte está
pegajosa, significa que sufres de envenenamiento de jabonera. Le pregunté por
los efectos del veneno y me contestó que convierte la sangre en polvo, lo
pulveriza básicamente; la sangre entonces va consumiendo el cuerpo y su energía
y reduce las habilidades de la persona.”
“ Simplemente acepté su explicación y no me puse a discutir al respecto.
Apliqué la misma regla cuando empezó a contarme que era judío de nacimiento (sabía
que no era verdad) y que los nazis lo habían perseguido toda su vida porque
tenía una estrella de David en la frente, que procedió a mostrarme (cosa que no
tenía). Dijo que los nazis habían estado conectados con los Ovnis que flotan
continuamente sobre la tierra y le habían ordenado por telepatía que matara
para reponer su sangre. Concluyó su exposición diciéndome: ‘Así que ya ve,
señor Ressler, está muy claro que maté en defensa propia "
“Quizá la información más relevante que saqué de la entrevista fue la
respuesta que me dio cuando le pregunté cómo había elegido a sus víctimas.
Había estado escuchando voces que le decían que matara y simplemente fue de
casa en casa, probando si la puerta estaba cerrada o no. Si la puerta estaba
cerrada, no entraba. Pero si estaba abierta, entraba. Le pregunté por qué no
rompió simplemente una puerta si quería entrar en una casa en particular. ‘Oh’,
dijo, ‘si una puerta está cerrada, significa que no eres bienvenido’. ¡Qué
delgada era la línea entre los que evitaron ser víctimas de un crimen horrendo
y los que sufrieron una muerte atroz a manos de Chase!
Finalmente, le pregunté por el vasito de plástico que llevaba en la mano. Me
dijo que era una prueba de que en la cárcel estaban intentando envenenarle. Me
lo enseñó y dentro había una sustancia amarilla y pegajosa que más tarde
identifiqué como los restos de una cena precocinada de macarrones y quesos.
Quería que me lo llevara al laboratorio del FBI en Quántico para que lo
analizaran. Era un regalo que no podía rechazar. La información obtenida en esa
entrevista ayudó a confirmar el retrato que estábamos elaborando del ‘asesino
desorganizado’, que era radicalmente diferente del retrato del ‘asesino
organizado’. Chase no se limitaba a encajar
en el perfil del asesino desorganizado, sino que se podría afirmar que era su
personificación.”
“Chase también nos escribía a Conway y a
mí para decimos que tenía que desplazarse a Washington, D.C., para trabajar en
su apelación. Tenía la convicción de que al FBI le interesaría saber que los Ovnis
estaban relacionados con los accidentes aéreos y las armas antiaéreas que los
iraníes empleaban contra Estados Unidos. ‘Sería fácil para el FBI detectar los Ovnis
por radar’, me escribió, ‘y verían que me siguen y que son estrellas en el cielo
por la noche que se encienden por medio de algún tipo de máquina de fusión
controlada.”
“Fue la última vez que Chase me escribió.
Justo después de la Navidad de 1980, lo encontraron muerto en su celda en
Vacaville. Había estado ahorrando muchas pastillas antidepresivas de las que
recibía para controlar sus alucinaciones y convertirlo en un preso manejable, y
se las había tomado todas de una vez. Algunos dijeron que era un suicidio;
otros siguieron creyendo que había sido un accidente, que Richard Trenton Chase
había ingerido todas las pastillas en un intento de acallar las voces que lo
habían impulsado a matar y que lo atormentaron hasta el día de su muerte”.
Floyd Mayweather Jr.
ganó por decisión mayoritaria a un tozudo Marcos Maidana que le dio más
trabajo de lo esperado, en una pelea realizada en el MGM Grand de Las
Vegas. Con la victoria Maywetaher se quedó con los títulos wélter de la
AMB y el CMB.
Como
lo prometió Maidana salió con todo, una máquina de tirar golpes a
diestra y siniestra. Mayweather se limitó a defenderse. Un cabezazo del
argentino hizo que el juez le advirtiera. Mayweather se cerraba bien
contra las cuerdas.
El
segundo fue parecido, aunque Mayweather estuvo más activo y puso límite
con un buen recto de derecha. Maidana siguió a lo suyo, tirando golpes.
Como siguió en el tercero, en el que fue advertido por golpear en la
nuca.
Mayweather
terminó el cuarto con un corte en la ceja y un gancho de derecha en el
rostro que lo paró en seco, y al comenzar el meridiano de la pelea, el
sexto, Mayweather todavía no había descifrado a Maidana. No es que el
argentino fuese superior, pero tampoco lo era el ‘Money Boy’ .
Fue
justo en el sexto cuando comenzó a cambiar el patrón, Mayweather
comenzó a pegar bien a la distancia. Maidana seguía presionando, pero
Mayweather ya se lo sacaba de encima con algo más que buena defensa.
Así
fueron pasando rounds, con Maidana en su estrategia de presionar,
intentar lleva ra Mayweather contra las cuerdas para ahí golpear, y
Mayweather imponiendo su ley a la distancia. En el décimo Mayweather
pegó sus mejores golpes, pero Maidana lo reto para demostrar que seguía
entero.
En el
penúltimo la pelea seguía caliente y en los últimos segundos los dos
fueron a la lona agarrados en una lucha libre. Antesala de un cierre
prometedor.
Cambiaron golpes en el
centro, en las esquinas y cayeron mucho en el clinch. Abrazados y
golpeando a los lados sonó la campana y ambos levantaron las manos. Las
tarjetas decidían Maidana las esperaba cargado en hombros.
El triunfo 46 de Floyd Mayweather Jr. quedó sentenciado con puntuaciones de 114-114, 117-11 y 116-112.
Fuente: Univision deportes
BRONER Y KAHN GANARON LAS PELEAS PREVIAS DE LA SUPERVELADA DE MAYWEATHER
El estadounidense Adrien Broner regresó a senda del triunfo al imponerse por decisión unánime en 10 asaltos al mexicano estadounidense Carlos Molina, en pelea de los superligeros realizada la noche del sábado en el hotel casino MGM Grand de Las Vegas (Nevada). Broner, que se hace llamar "El Problema", se llevó las tres tarjetas de los jueces con votaciones de 99-91, 98-92 y 100-90 y ahora un récord de 27-1, con 22 nocauts. El púgil de Cincinnati había perdido su invicto y la faja welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en diciembre pasado, al caer por paliza ante el argentino Marcos Maidana. El descalabro le privó de pelear contra Floyd Mayweather, y fue "El Chino" Maidana quien se llevó esa oportunidad.
"A todos mis críticos, a todos los que hablaron mierda, estoy de vuelta", gritó sobre el encordado Broner, poco después de vencer a su rival en una pelea más bien pálida.
Molina encajó su segunda derrota en 19 peleas, una de ellas declarada empate.
Broner, de 24 años, se agenció el vacante cinturón internacional superligero de la AMB, una especie de peldaño que lo mantendrá en lo más alto de la clasificación con miras a un pleito titular.
Otra de las peleas fue la que protagonizaron Amir Khan y Luis Colazzo. El británico, de 27 años, llegó al combate con 28 peleas ganadas, 3 derrotas y 19 nocauts. No peleaba hace un año. Sin embargo, eso no lo detuvo para vencer a su rival y retener el título Plata CMB welter.
Su rival fue Luis Colazzo. Tiene 32 años, 35 peleas ganadas, ahora 6 derrotas y 18 nocauts.
Los jueces declararon la victoria de Khan ante el norteamericano por 119-104; 117-106; y 119-104.