LOS SECRETOS DE LA HISTORIA: AMELIA EARHART (INTRO)
El más grande misterio que rodeó a Amelia Earhart, fue el de su último viaje que emprendió el 1 de junio de 1937 y que terminaría con su vida.
La aviadora despegó de Miami junto a su ayudante Fred Noonan con la intención de proclamarse la primera mujer en dar la vuelta al mundo por aire y para eso eligió la vuelta más larga, la ruta ecuatorial, un viaje que fue como la seda hasta su última etapa. Después de que Earhart comunicara por radio que el combustible «empezaba a bajar», el mensaje recibido por el navío estadounidense Itasca, que les esperaba en la isla Howland, a 640 kilómetros de Nikumaroro, y que decía «corremos de norte a sur», fue el último interceptado del avión de la mujer.
A partir de ahí hubo silencio y se desató un enorme despliegue de barcos y aviones en busca de Amelia Earhart que no dio ningún resultado. A partir de entonces, se multiplicaron y corrieron como la espuma las especulaciones sobre la desaparición de la mítica aviadora.
De acuerdo con el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos, la mujer que hoy protagoniza el doodle a los usuarios de Google realizó un aterrizaje de emergencia en la isla de Nikumaroro, entonces conocida como Gardner Island, un lugar deshabitado e inhóspito. Ambos lograron sobrevivir al accidente pero murieron poco tiempo después por falta de agua y alimentos.
El "Grupo Internacional de preservación de historia de la aviación" señaló que llegaron a esta conclusión en base a nuevas evidencias (una crema facial perteneciente a Amelia) y los artefactos relacionados con los aviadores encontrados en la isla en 1940. Además, otras fuentes la respaldan por las emisiones de la radio de emergencia y los hallazgos de restos óseos y piezas de aviones en los años 30 y 40.
En octubre del año 1937, exploradores coloniales británicos aseguraron haber visto restos de un campamento que podría haber sido el de Amelia Earhart en la isla Gardner y un año más tarde haber descubierto restos de una aeronave en el arrecife del noroeste.
Otras fuentes apuntan a que durante la Segunda Guerra Mundial, un piloto estadounidense sorprendió a los habitantes de la isla capturando peces con un cable de control de la avioneta de Amelia Earhart, cable que completaba un curioso «botín» encontrado por los colonos compuesto por 13 huesos humanos, que nunca llegaron a ser examinados con profundidad, un zapato de mujer y zapatos de un hombre junto a los restos de una fogata en el extremo sureste de la isla.
Sin embargo, esta no es la única teoría sobre el trágico final de Amelia Earhart. También hay leyendas sobre conspiraciones y desapariciones fingidas de la aviadora. Algunas sostienen que sobrevivió y pasó el resto de sus días en una isla del Mar del Sur, otros creen que fue secuestrada por los japoneses y están los que afirman que la isla de Nikumaroro alberga una misteriosa tumba en la que yace un bebé de Earhart y Noonan, su acompañante durante la travesía.
Otras fuentes apuntan a que durante la Segunda Guerra Mundial, un piloto estadounidense sorprendió a los habitantes de la isla capturando peces con un cable de control de la avioneta de Amelia Earhart, cable que completaba un curioso «botín» encontrado por los colonos compuesto por 13 huesos humanos, que nunca llegaron a ser examinados con profundidad, un zapato de mujer y zapatos de un hombre junto a los restos de una fogata en el extremo sureste de la isla.
Sin embargo, esta no es la única teoría sobre el trágico final de Amelia Earhart. También hay leyendas sobre conspiraciones y desapariciones fingidas de la aviadora. Algunas sostienen que sobrevivió y pasó el resto de sus días en una isla del Mar del Sur, otros creen que fue secuestrada por los japoneses y están los que afirman que la isla de Nikumaroro alberga una misteriosa tumba en la que yace un bebé de Earhart y Noonan, su acompañante durante la travesía.
Amelia Earhart, el misterio que aún no se resuelve
Concluye sin éxito la expedición para encontrar los restos del bimotor en el que la aviadora desapareció hace 75 años.
- La desaparición de la aviadora Amelia Earhart en el sur del Pacífico, mientras pilotaba si bimotor Lockheart Electra en su afán por dar la vuelta al mundo, sigue siendo uno de los enigmas más intrigantes de la historia reciente. Los intentos por hallar los restos de su aparato, en el que volaba acompañada por Fred Noonan, comenzaron prácticamente instantes después del último contacto que ésta mantuvo con la Guardia Costera el 2 de julio de 1937.
“Debemos estar sobre vosotros, pero no podemos veros. Nos estamos quedando sin combustible”. Son las últimas palabras que han quedado grabadas de Earhart. 75 años después, sigue sin aclarase dónde yacen los restos de su avión. La última expedición que ha tratado de hallarlos ha dado por concluida su misión sin éxito esta semana.
El pasado 3 de julio, el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos (TIGHAR, por sus siglas en inglés) partió de Hawai rumbo al islote de Nikumaroro, en la República de Kiribati. Allí fue donde, según la teoría del fundador del grupo, Richard Gillespie, aterrizaron de emergencia Earhart y Noonan y en la que fallecieron poco después. El descubrimiento de una foto aérea del atolón tomada en octubre de 1937 -en el que aparece una imagen borrosa de lo que podría ser parte del tren de aterrizaje del bimotor de Earhart, en el fondo del mar junto a un arrecife- y el hecho de que en Nikumaroro se hayan encontrado objetos de los años 30 -una crema para la cara o una navaja similar a la que llevaba el piloto-, fueron el acicate necesario para poner en marcha el proyecto. Hasta el momento se han invertido 2,2 millones de dólares en la búsqueda. El Departamento de Estado y la Universidad de Hawai también han participado aportando material.
En la empresa se ha utilizado la última tecnología, robots y vehículos submarinos teledirigido, así como un sonar multihaz capaz de cartografiar el fondo del mar a una profundidad de más de once kilómetros, de acuerdo con la información facilitada por el canal Discovery Channel. El canal emitirá en agosto un reportaje sobre la misión de TIGHAR. El arrecife en el que se concentró la exploración se encuentra en el extremo oeste de Nikumaroro, a unos 1500 metros bajo el mar. Sin embargo, la búsqueda, según declaró a AP la presidenta de la organización responsable de la expedición, Pat Thrasher, estuvo llena de problemas. “No esperábamos que las aguas fueran tan peligrosas”, dijo. Uno de los robot utilizados encalló en el arrecife y perdieron varios días en sacarlo a la superficie.
Pese a no haber conseguido encontrar ninguna huella del aparato de Earhart, Thrasher se muestra satisfecha. “Esto no es como en Indiana Jones, donde llegas, cruzas una puerta y encuentras el tesoro”. No es la primera vez que una expedición fracasa en su búsqueda de la estela de la aviadora. El Instituto Waitt ya emprendió otros dos proyectos similares en 2007 y 2009, ambos sin éxito. El año que viene reanudarán las pesquisas, esta vez en el interior de la isla. De momento, todo el material fotográfico y de vídeo, así como los datos obtenidos gracias al sonar, que ha recopilado TIGHAR serán compartidos con los internautas a través de su página web con el objeto de que, con el análisis de otros expertos, puedan encontrar más claves sobre el paradero del bimotor.
El enigma aún puede resolverse. En el 75 aniversario de su desaparición -cuando Earhart estaba a punto de completar el trayecto entre Nueva Guinea y la Isla de Howland, una de las etapas de su intento de convertirse en la primera mujer que daba la vuelta al mundo en avión-, otra expedición iniciará la búsqueda de los restos del aparato. Este grupo emprenderá su investigación en los próximos meses y en las inmediaciones de la Isla de Howland. Los expedicionarios barajan una hipótesis distinta a la de TIGHAR. Resta por ver si lograrán confirmarla o protagonizarán u nuevo intento fallido, como tantos otros que a lo largo de los últimos tres lustros, en lugar de desentrañar el misterio, han contribuido a engrosar la leyenda de Earhart.Fuente: Eva Sáiz (El País)
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