Stanley Kubrick: 'Lolita'
En la primera secuencia de ‘Lolita’ (1962, Stanley Kubrick), el profesor Humbert Humbert (James Mason) llega a la mansión de Clare Qulity (Peter Sellers) con la intención de matarlo. Quilty aparece de debajo de una sábana mientras dice: “Soy Espartaco, ¿has venido a liberar a los esclavos?”. Una clara declaración de intenciones por parte de Kubrick al referirse a la mala experiencia vivida en su anterior rodaje, en el que se pasó todo el rato discutiendo con el productor de la película, Kirk Douglas. Tal vivencia le hizo replantearse el tipo de películas en las que quería participar, huyendo los siguientes años de las superproducciones para así tener más control sobre lo que filmaba. Películas más o menos baratas en comparación con lo que había costado ‘Espartaco’ (‘Spartacus’, 1960), pero no por ello menos ambiciosas, sino todo lo contrario.Kubrick se trasladó a Inglaterra donde filmó sus dos siguientes películas, siendo la primera de ellas la adaptación de la famosa novela de Vladimir Nabokov ‘Lolita’, que había causado un gran escándalo al narrar la obsesión que un hombre adulto sentía por una niña de 12 años. El director neoyorkino pidió al mismo Nabokov que escribiese el guión de la película, algo a lo que el escritor accedió muy interesado, pues en el libro hay multitud de referencias cinéfilas debido a su afición al cine, siendo éste su primer y único guión cinematográfico, también la primera adaptación de una de sus obras aunque después vinieron más, incluida una nueva versión de ‘Lolita’ en manos del inefable Adrian Lyne.
La historia de ‘Lolita’ da comienzo con la escena antes señalada. Humbert Humbert acude a ver a Quilty a quien termina asesinando por haberle robado de su lado a una chica llamada Lolita. El resto del film es un largo flashback que nos explica la relación entre Humbert y la adolescente —la protagonista cambia de edad con respecto al libro, aumentándole dos años hasta los 14—, y también la importancia de Quilty en el relato y el porqué termina muriendo a manos de Humbert. Una decisión realmente ejemplar, pues en contra de lo que muchos puedan pensar al respecto de empezar con el desenlace de la historia, Kubrick se las arregla para dotar de cierto suspense la película, logrando que el espectador se pregunte todo el rato cuáles son las intenciones de Quilty, qué esconde exactamente y por qué acaba de forma tan drástica.
Dicho inicio es una de las tantas decisiones que tomó Kubrick con
respecto a la adaptación de la novela, de la cual no quería hacer una
plasmación literal. Para ello retocó considerablemente el guión
presentado por Nabokov, quien fue el realmente acreditado y nunca se
molestó por los cambios realizados por Kubrick, al contrario, se sintió
fascinado por la capacidad de síntesis que el director poseía para
resumir en el film elementos de la novela y convertir la historia en
algo puramente cinematográfico, porque tal y como decía Kubrick la
novela perfecta para adaptar es aquella que se centra en la vida
interior de los personajes y no en la acción. A partir de ahí y no
perdiendo jamás la referencia de lo que los personajes sienten, se
pueden crear situaciones de acción nuevas que pueden ser correlativas al
contenido psicológico del libro.
Pero no sólo era esa la razón por la que Kubrick solía cambiar durante los rodajes el guión que ya estaba escrito. También lo hacía porque había adquirido la costumbre de animar a sus actores a improvisar durante la filmación de ciertas escenas. En el caso de ‘Lolita’ encontramos la brillante interpretación de Peter Sellers como Clare Quilty, un ser despreciable y corrompido, que es al mismo tiempo el causante del extraño comportamiento de Lolita. Cuando vemos que ella seduce a Humbert en lo que es un prodigio de sutilidad narrativa, nos resulta especialmente descarada y atrevida, y desde luego menos niña de lo que aparenta ser. Más tarde comprenderemos que Quilty conoció a Lolita cuando tuvo un affaire con su madre de lo cual se aprovechó para seducir a Lolita quien quedó completamente enamorada de él, y como más tarde le confiesa a Humbert, se prendó de él nada más verlo. Sellers improvisó la mayor parte de sus escenas, llegando a sacar de quicio a compañeros de reparto, como el caso de Shelley Winters, que da vida a la madre de Lolita, una viuda desconsolada, tonta y romántica, tal y como se define ella misma.
Los trabajos de los secundarios Winter y Sellers brillan con gran intensidad, sobre todo el segundo, que realiza el muy difícil trabajo de dar vida a un personaje oscuro y con muchos matices. El actor británico hace gala de una envidiable capacidad para poner distintos acentos, y cómo no, de su habilidad para dar vida a distintos personajes en un mismo film, algo que alcanzaría su máxima en el siguiente film de Kubrick. En ‘Lolita’ sus distintos roles son en realidad el mismo, el retorcido Quilty, que toma distintas personalidades para atormentar a Humbert, mientras éste viaja de hotel en hotel con Lolita tras el fallecimiento de la madre de ella. La facilidad con la que Sellers suelta todas sus frases, la mayor parte de ellas inventadas, sorprenden por su endiablada fluidez y despistan tanto al espectador como a Humbert, cuya fragilidad queda al descubierto gracias a la maliciosa pericia de Quilty.
Pero no sólo era esa la razón por la que Kubrick solía cambiar durante los rodajes el guión que ya estaba escrito. También lo hacía porque había adquirido la costumbre de animar a sus actores a improvisar durante la filmación de ciertas escenas. En el caso de ‘Lolita’ encontramos la brillante interpretación de Peter Sellers como Clare Quilty, un ser despreciable y corrompido, que es al mismo tiempo el causante del extraño comportamiento de Lolita. Cuando vemos que ella seduce a Humbert en lo que es un prodigio de sutilidad narrativa, nos resulta especialmente descarada y atrevida, y desde luego menos niña de lo que aparenta ser. Más tarde comprenderemos que Quilty conoció a Lolita cuando tuvo un affaire con su madre de lo cual se aprovechó para seducir a Lolita quien quedó completamente enamorada de él, y como más tarde le confiesa a Humbert, se prendó de él nada más verlo. Sellers improvisó la mayor parte de sus escenas, llegando a sacar de quicio a compañeros de reparto, como el caso de Shelley Winters, que da vida a la madre de Lolita, una viuda desconsolada, tonta y romántica, tal y como se define ella misma.
Los trabajos de los secundarios Winter y Sellers brillan con gran intensidad, sobre todo el segundo, que realiza el muy difícil trabajo de dar vida a un personaje oscuro y con muchos matices. El actor británico hace gala de una envidiable capacidad para poner distintos acentos, y cómo no, de su habilidad para dar vida a distintos personajes en un mismo film, algo que alcanzaría su máxima en el siguiente film de Kubrick. En ‘Lolita’ sus distintos roles son en realidad el mismo, el retorcido Quilty, que toma distintas personalidades para atormentar a Humbert, mientras éste viaja de hotel en hotel con Lolita tras el fallecimiento de la madre de ella. La facilidad con la que Sellers suelta todas sus frases, la mayor parte de ellas inventadas, sorprenden por su endiablada fluidez y despistan tanto al espectador como a Humbert, cuya fragilidad queda al descubierto gracias a la maliciosa pericia de Quilty.
‘Lolita’ es una de las historias de amor moderno más
tristes y patéticas que existen en el cine. Una comedia trágica en la
que no falta nada del peculiar sentido del humor de su director —y que
no desarrollaría demasiado en su cine—, mostrando situaciones de las que
nos podríamos reír pero que contienen todo un fondo lleno de dolor.
Nadie en la película consigue alcanzar sus sueños o deseos, o
simplemente aquel al que más aman. Lolita termina siendo una persona
vulgar, su madre muere atropellada tras salir corriendo de su hogar al
descubrir que Humbert se ha casado con ella para estar más cerca de su
hija, y aquél termina sus días en la cárcel donde muere de una trombosis
a la espera de su juicio por el asesinato de Quilty, el único ser
verdaderamente despreciable del relato, el único cuyo final se lo ha
ganado a pulso pues tarde o temprano alguien le haría pagar por sus
fechorías.
Un film magistral lleno de secuencias inolvidables que muestran la gran mano de Kubrick para la puesta en escena. Cabe señalar el momento en el que Humbert, casado ya con la madre de Lolita (Charlotte), se encuentra con ésta en la cama abrazándola mientras mira una fotografía de Lolita que hay encima de la mesilla. Entonces, ella le comenta que enviará a su hija a un internado, algo que Humbert no se toma demasiado bien dándose la vuelta hacia el otro lado de la cama, en la otra mesilla hay un revólver que Humbert observa detenidamente mientras Charlotte le pregunta si está en sus pensamientos y él responde que sí mientras mira el arma. En tiempo récord Kubrick habla de un sinfín de sentimientos encontrados en el mismo personaje.
James Mason borda un papel que muchos actores, entre ellos Cary Grant, rechazaron por considerarlo ofensivo. Sue Lyon se descubre como una excelente actriz a tener en cuenta y que desgraciadamente no se prodigó todo lo que quisiéramos. Sin duda nos encontramos ante su personaje más famoso y recordado, aunque personalmente la recomiendo en la última película de John Ford, ‘Siete mujeres’ (‘7 Women’, 1966). ‘Lolita’ supuso la última colaboración entre Kubrick y James B. Harris que regresó a Estados Unidos mientras el realizador siguió en Inglaterra donde se quedó para filmar la única comedia propiamente dicha de toda su filmografía.
Fuente: Blog de cine
Un film magistral lleno de secuencias inolvidables que muestran la gran mano de Kubrick para la puesta en escena. Cabe señalar el momento en el que Humbert, casado ya con la madre de Lolita (Charlotte), se encuentra con ésta en la cama abrazándola mientras mira una fotografía de Lolita que hay encima de la mesilla. Entonces, ella le comenta que enviará a su hija a un internado, algo que Humbert no se toma demasiado bien dándose la vuelta hacia el otro lado de la cama, en la otra mesilla hay un revólver que Humbert observa detenidamente mientras Charlotte le pregunta si está en sus pensamientos y él responde que sí mientras mira el arma. En tiempo récord Kubrick habla de un sinfín de sentimientos encontrados en el mismo personaje.
James Mason borda un papel que muchos actores, entre ellos Cary Grant, rechazaron por considerarlo ofensivo. Sue Lyon se descubre como una excelente actriz a tener en cuenta y que desgraciadamente no se prodigó todo lo que quisiéramos. Sin duda nos encontramos ante su personaje más famoso y recordado, aunque personalmente la recomiendo en la última película de John Ford, ‘Siete mujeres’ (‘7 Women’, 1966). ‘Lolita’ supuso la última colaboración entre Kubrick y James B. Harris que regresó a Estados Unidos mientras el realizador siguió en Inglaterra donde se quedó para filmar la única comedia propiamente dicha de toda su filmografía.
Fuente: Blog de cine
_______Lolita
dentro del cine de Kubrick _______
NIEVES SORIANO NIETO
En Lolita observamos la
obsesión patológica del protagonista, Humbert, que le lleva a desear
a las, como él mismo las llama, «nínfulas», que son un tipo determinado de
niña preadolescente con algún atractivo erótico.
Esta película se basó en la
novela de Nabokov que lleva el mismo nombre. El personaje y la historia no
surgieron de la cabeza de Kubrick, pero el interés de Kubrick por las
personas obsesivas le llevó a elegir esta novela como base de uno de sus
largometrajes. En todas las películas de Kubrick se observa este interés del
director por los personajes obsesivos y patológicos dentro de la moral y
ética de la cultura en la que se encuadran. Obsérvese el caso de Alex,
el protagonista de La Naranja Mecánica. Además, los personajes suelen
fracasar en sus intentos de «triunfar» como personas. Suelen vivir, en el
film, un momento de esplendor, en el que aparentemente se convierten en los
héroes, pero acaban cayendo debido a su ser. Nótese el caso de Senderos
de Gloria. El protagonista no es un ser tan desviado como pueden serlo
el de Lolita o el de La Naranja Mecánica, pero es un personaje
obsesionado con la jerarquía del Ejército. Por un lado está su tropa, a la
que tiene que proteger, como superior, y, por otro, está su superior, al que
tiene que obedecer. Es un ser con un exceso de moral, con una moral muy
estricta, no como la de Humbert o Alex. Este exceso le lleva a
fracasar.
Kubrick trata de señalar la
imperfección de los mecanismos. Éstos, con una moral, unas normas, oprimen
al individuo, dando lugar a casos de patología y a fracasos. Kubrick aborda
el mundo desde un pesimismo absoluto, ya que ninguno de sus personajes,
único hálito de esperanza de salir del sistema, se acaba por salvar.
De las películas que dirigió
Kubrick, todas se basaron en una novela, excepto Fear and Desire y
El beso del asesino. Tal es el caso de Lolita, o de La Naranja
Mecánica. A la hora de elegir una novela sobre la que basarse, Kubrick
buscaba una en la que la vida interior de los personajes estuviera presente.
Como él mismo confiesa: «La novela perfecta de la que se puede hacer una
película es, creo, no la novela de acción, sino, por el contrario, la novela
esencialmente preocupada por la vida interna de sus personajes».
Se puede ver, con esta frase, su
interés por la interioridad de personajes cuya vida interior es diferente a
lo normal.
Otro rasgo que caracteriza la
manera de hacer cine en Kubrick es su trato especial hacia los actores.
Kubrick les da un guión sobre el que, en los ensayos, los actores pueden
realizar aportaciones personales. Un ejemplo se da en La Naranja Mecánica,
en la escena de la casa en la que apalean al escritor y a su mujer. Mientras
Alex golpea al escritor canta la canción Singing in the rain. Ésta es
una aportación del propio Malcolm McDowell. James Mason, intérprete de
Humbert en Lolita dice: «Kubrick sugirió muy sensatamente que
todos nosotros tratáramos de olvidar los diálogos que habíamos memorizado y
que, estando totalmente al tanto del espíritu y contenido de cada secuencia,
la expresáramos con nuestras propias palabras».
Por último, señalaremos que
Kubrick en todas sus películas no suele dar importancia al estilo de los
títulos de crédito. No ocurre en él lo que en otros autores, como Hitchcock,
que tratan de hacer ver, a través de los títulos de crédito, lo que va a
ocurrir en la película. Lo que sí es importante para Kubrick es la primera
escena. Ésta debe impactar al espectador, debe arrastrarlo hacia la
historia, haciendo que quede interesado por ella desde el principio. Nótese
en La Naranja Mecánica que la primera escena, la que se desarrolla en
el Milkbar Korova, es notablemente impactante. La cámara parte de un
primerísimo plano del rostro de Alex, y nos va mostrando, conforme se
aleja, el decorado del bar, que anuncia cuál es el contenido ético y
estético de la película. En el caso de Lolita, la primera escena
acompaña a los títulos de crédito, y nos muestra la mano de un hombre
pintando las uñas de los pies de una joven. Sólo con ese detalle podemos
deducir que el contenido de la película va a ser fundamentalmente erótico, y
que va a construirse la historia a través de una subordinación de ese hombre
a la señorita.
_______Lolita y la novela de
Nabokov_______
El proyecto de llevar al cine la
novela de Nabokov, Lolita, era muy arriesgado para la época. Se
enfrentaba a la constante vigilancia de la censura. Había que tratar el tema
con tacto para no caer en las garras de esta vigilancia. Tengamos en cuenta
que el Humbert de la novela de Nabokov es un personaje con una
fijación sexual por las niñas, debido a un trauma infantil: su primer amor
lo tuvo cuando él tenía doce años, y aquella niña murió. Por otro lado,
Humbert es un profesor que, llegado un momento de su vida, y debido al
divorcio de su mujer, es dado de baja de la profesión, para que descanse y
viaje. Este profesor se enamora de Lolita, una niña que en la novela
tiene doce años. Es importante recalcar el hecho de que Lolita tiene
doce años, ya que esto la cataloga no como una adolescente, sino como una
niña. En caso de haber sido una adolescente, la «patología» sería menos
patológica, y la historia se enfrentaría menos de lleno a la censura.
Además, Humbert se instala
en la casa, con Lolita y su madre, Charlotte, y se casa con
ésta para estar cerca de Lolita. Cuando Charlotte muere
atropellada por un coche, Humbert, padre de Lolita, queda al
cuidado de la niña, con la que comienza a mantener relaciones sexuales.
Es evidente que, se tome por
donde se tome la historia, para una época como la de principios de los años
60 es absolutamente censurable.
Para pasar por alto la censura en
el film, Kubrick utiliza varios recursos. En primer lugar, no cuenta el
principio de la historia de la novela. En él se narra, en primera persona,
la obsesión de Humbert por las «nínfulas», y el reconocimiento de la
desviación por parte del propio protagonista. La película comienza cuando
Humbert llega a la casa de Charlotte,
para instalarse en una de las habitaciones, y ve a Lolita. Esto hace
creer al espectador que Humbert no era más que un enamorado de
Lolita, y no un enamorado a causa de una «patología».
En segundo lugar, la Lolita
de la película, interpretada por Sue Lyon, tiene trece años, y no doce, como
en la novela. Este hecho, como ya se ha señalado anteriormente, hace que
Lolita sea ya una adolescente, y no una niña, lo que descarga a la
historia de algunos prejuicios morales.
Por último, Kubrick obvia en la
película el aspecto erótico de la relación Humbert-Lolita. Si
tratamos de buscar erotismo, debemos indagar demasiado. Sin embargo, en la
novela Nabokov narra con más detalle las observaciones de Humbert
sobre el cuerpo y la sexualidad con Lolita.
Esto lo confiesa el propio
Kubrick: «(...) me
culpo de gran parte de la película; debido a las presiones que aquel tiempo
ejercieron el Código de Producción y la Legión Católica de Decencia, creo
que no dramaticé lo suficientemente el aspecto erótico de la relación de Humbert con
Lolita, y por estar muy poco realizada esta obsesión sexual pienso que
mucha gente supuso demasiado pronto que Humbert estaba enamorado de
Lolita».
El guión de la película fue
escrito también por Nabokov, siguiendo las pautas marcadas para escapar de
la censura. En un principio Nabokov se negó a realizar el proyecto, pero,
más tarde, lo repensó. Como él mismo nos dice: «En 1959, Harris y Kubrick
me invitaron a Hollywood, pero después de varias consultas con ellos decidí
que no quería hacerlo. Un año después, en Lugano, recibí un telegrama en
donde me instaban a repensar mi decisión. Entretanto, de algún modo, había
cobrado forma en mi imaginación una suerte de guión, de modo que en realidad
me alegró que repitieran su ofrecimiento».
El problema es que, una vez realizado el guión, Kubrick y Harris se dieron cuenta de que la película duraría ocho horas. Por ello, tuvieron que retocarlo, hasta dejarlo mucho más reducido: "Cuando empezamos a preparar Lolita pude contribuir al film desde el principio, al desarrollo de la historia. Cuando desembarcamos en Londres no estábamos satisfechos del guión escrito por Nabokov. Nos encerramos en una habitación durante un mes y lo rescribimos estudiándolo escena por escena".
Fuente: Margencero.com