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sábado, 2 de febrero de 2013

REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN LOS CAMPOS DE EXTERMINIO NAZIS 3- LA RESISTENCIA DE LOS ESPAÑOLES EN MAUTHAUSEN




Preso picando piedra. Ramón Milá, 1946. La imagen forma parte de la exposición"Supervivencia, Testimonio y Arte. Españoles en los Campos Nazis", que reúne pinturas, maquetas, grabados y esculturas realizadas por supervivientes españoles del campo nazi de Mauthausen. 


Dedicado a los más de 1000 republicanos aragoneses, hombres y mujeres, deportados a los campos de exterminio nazis. Apenas un tercio sobrevivió…

Ángel yace en el suelo. Ya no puede levantar más la gigantesca roca que ha portado sobre su espalda durante más de cien escalones; está agotado. Ni los amenazantesgritos de los alemanes ni sus incesantes golpes logran que ese hombre exhausto, consumido, acabado…, se incorpore.
Ya no le quedan fuerzas ni siquiera para tener miedo. Hasta ahí llega el desalientode un hombre al que han robado la dignidad, al que han castigado hasta laextenuación. Unos años antes, en su pueblo aragonés, no hubiera podido imaginar que otro ser humano fuera capaz de infligir tanto daño a un semejante.
Le quedan aún por subir más de cincuenta escalones hasta alcanzar la cima y concluir así otra extenuante jornada de castigo, pero ya no encuentra ningún motivo para levantarse. Ya no puede más. Los golpes arrecian, pero sus gestos de dolorresbalan en la indiferencia de los torturadores.
Varios perros ladran sin parar; uno incluso le ha mordido en la pierna, provocándole un desgarro. Sus compañeros, la mayoría españoles como él, contemplan la escena sin detenerse. Tienen miedo a caer despeñados, a recibir más castigos, a perder suexigua ración de comida diaria, a ser atacados por los perros....
La cantera, esa maldita cantera, va a cobrarse una nueva víctima. Los SS tratan de levantarlo por la fuerza; es inútil, sus piernas de alambre no dan para más. Ángel se acuerda de sus hijos, de su mujer… ¿Qué habrá sido de ellos?
En un último esfuerzo, el hombre salta desde lo alto de la escalera para quitarse la vida. En apenas unos segundos, su cuerpo recorre un descenso letal. El último sonido es el del fin de su vida, la conclusión de una existencia que ha terminado en un sufrimiento atroz.
Pesaba 38 kilos, cuarenta menos que cuando ingresó en el campo, menos que el último bloque de granito que había llevado a la espalda…
Prisionero muerto en la cantera de Mauthausen. Además de subir la piedra correspondiente, debían esquivar a los SS que, por diversión, les lanzaban los perros para que les mordieran. Llegados arriba empleaban con ellos el llamado "salto del paracaidista", obligándoles a saltar al vacío. 50 metros de caida vertical.


Como Ángel8.000 españoles murieron en MauthausenEl 90 % de ellos en un solo año. Su muerte fue producto de un crímen organizado: fueron el hambre y eltrabajo esclavo las causas de la muerte de la mayoría.
Los españoles, un variopinto colectivo formado por comunistas, anarquistas, republicanos, antifascistas en general… tuvieron que dejar de lado sus diferencias políticas en pro de un objetivo común: sobrevivir con dignidad el mayor tiempo posible.
Esto les hizo ser los protagonistas del campo, primero porque mostraron unaresistencia psíquica superior a la media, con seguridad debido a las duras experiencias previas vividas en la Guerra Civil.
Después porque fueron un grupo que se organizó para ayudar a sus compatriotas y se preocupó por colocar a los suyos en puestos en los que tuvieran algún acceso a la comida, las medicinas y los registros. Robos de cigarrillos –la unidad de moneda que circulaba en el campo– para conseguir “comprar” privilegios y comidapara los enfermos, y pequeños sabotajes fueron algunas de las acciones que llevó a cabo una organización de la que los comunistas fueron los principales encargados..
Al principio, la lucha fue ardua y las acciones se limitaban a aportar alguna ayuda a los más débiles y a mantener su moral. El detonador psicológico que aceleró latoma de conciencia de los españoles, y se convirtió en su primera acción de resistencia pasó en agosto del 40, cuando vieron cómo conducían a Mauthausen a un grupo de niños españoles. Lo primero que decidieron como acción común fue salvar a los niños, autonombrándose tutores de aquellos que estaban sin padres ni hermanos, colocándoles entre los adultos en el trabajo para poder ayudarles, cediéndoles una parte del pan y de la ración de margarina, y acostándoles entre ellos por la noche para protegerles de los SS y de los Kapos.
Prisioneros españoles en Mauthausen, entre ellos un niño. 



La segunda acción tuvo lugar en el invierno de 1940-1941, cuando 4 españolesacusados de sabotaje fueron castigados a recibir 25 bastonazos en el culo en presencia de todos sus compatriotas, y después enviados al peor destino del campo, la Strafkompanie, donde trabajaban más horas, con menos descansos y menos comida y encerrados después en celdas de aislamientoSe creó una cadena de solidaridad dándoles cada uno de los españoles una cucharada de su sopa y unosgramos de pan para que pudieran sobrevivir.
Los presos políticos alemanes, austriacos y polacos, quedaron perplejos de aquellaactitud fraternal; los SS y los Kapos también quedaron sorprendidos con los españoles ya que fueron los primeros que empezaron a recoger a sus muertos en los distintos lugares del trabajo y los llevaban a hombros hasta el campo (aunque tuvieron que dejar de hacerlo al final dado el elevado número de ellos que había...).
El hecho de contar entre ellos con un gran número de conocedores de oficios varios, también ayudó a que los SS, poco a poco, fueran haciéndoles concesiones, y cada brecha abierta entre los SS o los presos de derecho común era una victoria española. Así se fueron haciendo con los “prominenten”, los puestos de trabajo cualificado (barberos, oficinistas, fotógrafos, jardineros,…) que había, lo que significaba la ampliación de sus posibilidades en pro de los más necesitados así como más autonomía e información para sostener la organización clandestina republicana que funcionaba desde mediados de 1.941.
Barberos afeitando a los presos de Mauthausen. Los barberos eran unos de los puestos"prominenten", ya que vivían mejor que el resto de los prisioneros y tenían más posibilidades de sobrevivir. Varios españoles ejercieron de barberos en el campo. 



Se establecieron así unos lazos muy sólidos entre ellos que no se rompieron nunca, ni bajo las peores condiciones, ni cuando la moral del campo atravesó los momentos más difíciles.
Las horas de descanso del domingo por la tarde eran casi peores que una semana de trabajos forzados y malos tratos. Era el momento de enfrentarse a ellos mismos, su soledad, sus recuerdos...Para llenar ese vacío los españoles organizaron partidos de fútbol y peleas de boxeo. Así conseguían que la moral no decayera... y cambiar impresiones para perfeccionar el aparato clandestino de solidaridad. 


Algunos de los españoles que se hicieron con aquellos puestos de “enchufe”realizaron una labor fundamental para que conozcamos el número de compatriotas que fueron a parar a Mauthausen.
Casimiro Climent, Juan de Diego y Josep Ballina trabajaban en las oficinas de laGestapo, rellenando las fichas de los deportados. Asumiendo un altísimo riesgo, decidieron duplicar en secreto las fichas de los republicanos españoles para poderexplicar y probar, si sobrevivían, lo que sucedía en ese campo. Realizaron también decenas de fichas de los SS destinados allí, las cuales fueron fundamentales para poder incriminarles en los procesos abiertos posteriormente a la liberación.
Otra cosa que hicieron fue preparar una lista de prisioneros españoles. Es decir, aparte de la ficha que había que hacer, añadieron por medio de entrevistas personales el lugar de procedencia exacto y la dirección de su familia. Gracias a eso, muchos españoles se enteraron de que sus familiares habían muerto en el campo de concentración, ya que se les pudo localizar una vez terminada la guerra.
Francisco Boix, con su inseparable Leica colgada del cuello. La imagen corresponde a los días posteriores a la liberación de Mauthausen



Dentro del campo había un Departamento de Identificación. Las cámaras fotográficas de los SS trabajaban con avidez documentando la barbarie. Pero no tuvieron en cuenta que cada fotografía en el futuro podía ser un documento incriminatorio. En este departamento trabajaban Antonio García y Francisco Boix. Se cuenta que por su mediación se salvaron muchos prisioneros españoles que fueron recolocados en otros destinos más soportables.
Las visitas al campo de altos mandatarios de la SS, con Himmler a la cabeza, fueron también documentadas por la cámara fotográfica de Boix; años después pagarían salir inmortalizados en las fotografías.
Pero antes había que sacar del campo aquellas fotografías, lo cual implicaba un granriesgo de ser descubiertos. Se puso entonces en marcha una operación en la que participaron los “potchacas”, un grupo de unos 50 jóvenes españoles que toma su nombre de una cantera privada situada en el pueblo de Mauthausen. La cantera era explotada por Anton Poschacher, un dirigente nazi local que empleaba mano de obra esclava proveniente del campo de concentración de Mauthausen.
Miembros del "Kommando Poschacher".Parte superior, de izquierda a derecha: Juan Pedrol Carbonell - persona desconocida - José Alcubierre Pérez - José Aviñó Sabaté. Parte inferior, de izquierda a derecha: persona desconocida - Manuel Cortés García - Félix Labara Peña - Manuel-Ángel Ramos Barril. Fuente: Imagenes y Memoria de Mauthausen. Catálogo de la exposición con el mismo nombre. Editions Tiresias


Los "poschacher" salían todos los días a su trabajo, donde disfrutaban de unascondiciones menos duras. Por eso se les dio la misión de sacar los negativos del campo. Se las arreglaron para meter el paquete de negativos camuflado entre la comida y así lo llevaron hasta la cantera donde lo escondieron.
Más adelante le hicieron entrega del paquete a una valiente mujer austríaca con la que trabaron amistad. Anna Pointner, ferviente antifascista, no dudó en recogerlo y esconderlo en un muro de su jardín. El valor de aquellos negativos era muy alto: fueron fundamentales para identificar a un buen número de los despiadados SSque sirvieron en Mauthausen y para que quedara constancia gráfica de lo vivido allí.
Ha sido grande la emoción que he sentido al enterarme de estos hechos desconocidos para la mayoría de nosotros. Rendir homenaje a estas muestras de valor, dedignidad, de solidaridad…en aquellas durísimas condiciones, es algo que considero un deber.
Jorge Semprún, superviviente de Buchenwald, lo expresa con palabras más bellas que las mías:
“Sin duda a veces hay que hablar en nombre de los náufragos. Hablar en su nombre, en su silencio, para devolverles la palabra" (*)
Aquellos luchadores de Mauthausen son los precursores de la España en la que hoy vivimosTodos debemos de conocer, y en especial los jóvenes, lo que ha costado un régimen democrático.
Reconocer su sacrificio para hacerlos partícipes del futuro al que ellos contribuyeron.

(*) Jorge Semprún: La escritura o la vida.

Fuente: Fusilados de Torrellas.

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