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domingo, 23 de septiembre de 2012

CRIMINOLOGIA- LA MATAVIEJITAS

INSTINTO ASESINO- "LA MATAVIEJITAS"

Nombre: Juana Barraza Samperio
Sobrenombre: La Mataviejitas
Fecha de nacimiento: 1954
Lugar de los asesinatos: Ciudad de Mexico
Pais: Mexico
Fecha de los asesinatos: 1998-2006
No. de Victimas: +20 asesinatos
Tipo de victimas: Mujeres ancianas
Tipo de Asesino: Estranguladora, sadica, asesina de ancianos
Modus Operandi: Disfrazada de enfermera o de asistente social entraba a la casa de sus victimas, todas mujeres ancianas, las golpeaba, las estrangulaba y robaba objetos para despues escapar.
Captura y condena: Arrestada el 25 de enero de 2006 y condenada a 759 años de prision
Informe final: Actualmente se encuentra presa en la carcel de Santa Martha Acatiltla

JUANA BARRAZA "LA MATAVIEJITAS" (MEXICO)

Biografia:Juana Barraza, cuenta con conocimientos de enfermeria, nació en la ciudad de Puebla en 1954, dedicada también en algunas ocasiones a la lucha libre (bajo el seudónimo de "La Dama del Silencio") o a la venta de rosetas de maíz afuera de la arena de lucha, y supuesta adoradora de la Santa Muerte; cometió varios homicidios en el área metropolitana de la Ciudad de México desde los años 90 del siglo XX hasta principios del año 2006.
Barraza se ha transformado en uno de los casos más interesantes dentro de la historia criminal en México, ya que durante muchos años se mantuvo la comisión de sus crímenes sin ser capturada, y por la semejanza de su modus operandi con el de famosos asesinos en serie de otros países, como El Monstruo de Montmartre.
El primer asesinato atribuido a la mataviejitas fue cometido a fines de los años 90 aún cuando la serie de asesinatos comenzó presuntamente el 17 de noviembre de 2003. Se ha estimado que el número total de sus víctimas es de entre 20 y 48.
El 31 de Marzo del 2008, el juez 67 de lo penal, con sede en Santa Martha Acatiltla dictó sentencia en contra, al otorgarle 759 años y 17 días de prisión por 17 homicidios y 12 robos cometidos en agravio de personas de la tercera edad. Si continúa viva a la edad de 100 años, podrá disponer de su libertad en el 2056.

Todas la víctimas de la asesina eran mujeres adultas mayores (ancianas), quienes en su mayoría vivían solas. Las muertes eran provocadas por golpes, heridas de armas punzocortantes o estrangulación, con robos materiales a las víctimas inmediatamente después de ser asesinadas. En casos aislados, se encontró evidencia de abuso sexual en las víctimas.
En el transcurso de las actividades criminales de la mataviejitas, las autoridades policiacas fueron duramente criticadas por los medios de comunicación puesto que, todavía a finales del 2005, asumían un "sensacionalismo mediático" respecto a un asesino en serie. Asimismo, se criticó el hecho de que el asesino era buscado, tal vez inútilmente, entre las prostitutas y/o travestis de la Ciudad de México. De hecho, durante la cacería de la asesina, Bernardo Bátiz, entonces Procurador de Justicia de la Ciudad de México, había indicado que 'el Mataviejitas' era 'brillantemente listo' (creyéndose hasta ese momento que se trataba de un hombre y no de una mujer) que cometía sus crímenes después de un corto período durante el cual se ganaba la confianza de sus víctimas. Los oficiales que investigaban el modus operandi del asesino sospecharon que el o la 'mataviejitas' se presentaba ante sus víctimas como trabajador social del gobierno (enfermera), ofreciendo programas de beneficencia para personas de la tercera edad.
La búsqueda de la asesina fue complicada debido al cúmulo de evidencias contradictorias. En un punto de la investigación, la policía conjeturó que eran dos asesinos los que podrían estar implicados. También se puso singular atención en la extraña coincidencia de que por lo menos tres de las víctimas del asesino poseían una copia de una pintura del siglo XVIII, Niño en Chaleco Rojo, del artista francés Jean-Baptiste Greuze. Interesantemente, antes de la captura de la presunta asesina, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer para acceder a los apartamentos de las víctimas. En uno de los casos, uno de los testigos observó a una “mujer grande con una blusa roja” salir del hogar de una de las mujeres asesinadas. Ello fue interesante para los criminólogos, forenses y detectives puesto que había grandes paralelos entre la mataviejitas y el monstruo de Montmartre. Bajo ese contexto, se atribuyó al asesino (presumiblemente varón) la posibilidad de una doble personalidad. Otra observación interesante hecha por los investigadores fue la extraña coincidencia de que algunas de las víctimas de la asesina en serie eran de origen español.
El mayor avance en el caso ocurrió el 25 de enero de 2006 cuando se arrestó a una persona sospechosa huyendo del hogar de la última de las víctimas atribuidas a la asesina. La víctima, Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, residente de la colonia Moctezuma 1a sección en la ciudad de México, había sido estrangulada con un estetoscopio, siendo varias veces apuñalada con un cuchillo ranger militar.
Para sorpresa de muchos, que aseguraban que el asesino era hombre, la persona detenida fue Juana Barraza Samperio, de entonces 48 años. En pruebas preliminares, Barraza se asemejaba bastante a un modelo de arcilla[1] que describía las características faciales del asesino: Persona de cabello tupido, teñido de color rubio y rostro de facciones duras. Al ser detenida portaba un estetoscopio, formas de solicitud de pensión para adultos mayores y una tarjeta que la identificaba como trabajadora social. Preliminarmente, la policía de la ciudad de México aseguró que las huellas digitales de Barraza habían sido encontradas en la escena de por lo menos diez homicidios.

Confesiones y ocaso de una asesina: la Mataviejitas

En el fondo de una celda en los dormitorios del edificio “B”, se alista para salir una mujer alta, con el cabello largo teñido de rubio. Pensativa, toma una nota y la lee de manera lenta. Orgullosa del avance en su aprendizaje en la lectura, sale de su dormitorio tarareando una canción de la Sonora Santanera. En su paso por los estrechos pasillos, el caminar de la mujer es seguro, constante e imponente. En un amplio salón, la mujer es esperada por algunas presas sentadas en el piso, listas para tomar clase. Al percatarse de la asistencia de muchas, lanza una sonrisa de alegría, pocas veces vista en su rostro un tanto demacrado por los duros golpes que la vida le ha dado.  A la par de ella, una custodia llega con una vieja grabadora, dejándola en una mesa.
-Juana, ¿con qué música empezaremos hoy?
- Pus con “Nereidas”, yo creo que ta´bien para mover el botecito.
Juana Barraza Samperio, mejor conocida como la Mataviejitas, purga su condena en Santa Martha Acatitla. Su vida dentro del penal ha ido cambiando gradualmente a lo largo de los cinco años que ha estado cautiva. El cambio en su vida comenzó aquel 25 de enero de 2006, cuando fue aprendida, al ser sorprendida por el asesinato de una mujer de la tercera edad. 
Nunca olvidaremos las imágenes de la señora de cabello corto, teñido de rojo Loreal. La Mataviejitas había sido capturada y expuesta a los medios de comunicación, confesando que había cometido aquel asesinato, pero la duda de los demás crímenes seguía. Un día después de ser detenida, antes de ser exhibida nuevamente a los medios de comunicación, se le habían comprobado algunos crímenes porque las huellas dactilares encontradas en las escenas del crimen y las de Juana coincidían. Poco después fue interrogada por el subprocurador Sales Heredia.
-¿Por qué lo hacías? ¿Por qué las matabas?
Juana, levanta su cabeza gacha y lanzando terrible mirada dijo:
Por […] coraje!
-¿Por qué las viejitas? 
- Yo odiaba a las señoras porque mi mamá me maltrató. Siempre me maldecía […] me regaló con un señor grande. Yo fui [violada]… por eso odiaba a las señoras grandes.
Patricia Payán, una de las mejores criminólogas de México, fue una de las colaboradoras en el caso de la Mataviejitas. “Era la primera vez que tenía ante mi ante un asesino serial. Juana y el busto eran iguales”, esas fueron sus impresiones al momento de conocer en persona a la Mataviejitas.
Pasado uno tiempo, el juez encargado del caso le dictó auto de formal prisión y fue transferida al penal de Santa Martha Acatitla. A su llegada, fue aislada de las demás reclusas ya que muchas de ellas amenazaban con matarla a su llegada. Los actos cometidos por un criminal, muchas veces son o quieren ser cobrados por los reos del lugar donde son recluidos; aunado a ello, Juana sufría una gran depresión.
El 31 de marzo del 2008, el juez 67 de lo penal, dictó la más larga sentencia que ha sido adjudicada a una mujer en Historia Criminal de México. Juana Barraza fue condenada a 759 años y 17 días de prisión por 17 homicidios y 12 robos cometidos en agravio de adultos mayores. La vida de Juana ha seguido cambiando con el paso de los años. El mundo penitenciario es muy distinto comparado con uno fuera de éste. Después de salir del aislamiento al que fue sometida, Juana se incorporó a la vida penitenciaria. Ahí, conoció e hizo amistad con Sandra Aldrete, mujer que la enseño a leer y escribir, transcurriendo por aquellos días su estancia en el área de verdulería.
Juana tras las rejas
Debemos de recordar que dentro de un penal, reina la ley de más fuerte, y Juana es una persona que se ha ganado el miedo y respeto. Muchos artículos periodísticos y testimonios de reclusas, mencionan que Juana es una mujer de poder por su altura y su fuerza física (misma que impone considerablemente porque la medida promedio entre la comunidad del penal oscila entre 1.60 m.). Entre las cautivas, es conocida como la “Espanta cigüeñas” porque por una cantidad considerable de dinero, les vende pastillas o inyecciones para las embarazadas que no quieren tener hijos, aborten.
Otro lado, el lado amable, menciona que da clases de danzón, teatro, ajedrez, danza moderna, banda sinaloense, bailes caribeños, jazz, taller de autobiografía y cineclub. La verdad, sí me imagino dar clases de danzón a Juana y sería interesante que los medios de comunicación visitaran el penal para ver a la Mataviejitas en su papel de maestra.
Su caso ha sido la inspiración para la creación de películas, series, documentales y canciones.
-El buen samaritano (Capadocia)
-Maggie pensionada (Mujeres Asesinas 3)
- La Mataviejitas (Amandititita)
-La Historia detrás del Mito: La Mataviejitas (TV Azteca)
-Instinto Asesino (Discovery Channel)
Juana en su cautiverio en Santa Martha
Juana en su cautiverio en Santa Martha
Su ocaso como ser humano comenzó desde el día de su captura. Ese 25 de enero, Juana fue expuesta a los medios de comunicación en un afán deshumanizador. Vivimos en una sociedad que exige derechos, castiga criminales, señala los errores… pero nunca ayuda a evitar estos casos. La sociedad mexicana busca a cada momento chivos expiatorios para pagar sus culpas, nunca pensando lo que esos señalados han vivido a lo largo de su vida. Juana es un caso de estos, donde la sociedad la satanizo, humillo, exhibió y juzgo de una manera cruel. Los asesinatos cometidos ancianas de la tercera edad no quedan a discusión en su responsabilidad legal, pero sí en la social. En México, cuando una mujer comete un delito y rompe lo social, las penas se manifiestan con mayor dureza debido a que los jueces intentan demostrar que lo que una mujer hizo, no solamente trastocó la ley sino también a la organización, al orden social establecido, por lo que se aplica la doble criminalidad, la doble penalidad, así lo dijo la ex subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Olamendi. Es muy curioso que las penas más largas adjudicadas a criminales, hayan sido dadas a mujeres. Juana Barraza fue condenada a 760 años, siguiéndole la famosa Sandra María Aldrete con 647 años.
Ayer se cumplieron cinco años de la aprensión de Juana. Ella misma está consciente de sus crímenes, por ello, cierro este artículo con sus propias palabras: “No merezco el perdón de dios, ni de nadie. Dios sabe lo que hace y siendo así no hay duda que me mantendrá por el bien de todos, alejada de la sociedad para siempre”.
Ahora , sólo Juana Barraza Samperio quedará en las páginas de la Historia Criminal de México como la “Mataviejitas”.


La Mataviejitas quedará en la Historia Criminal de México
Fuentes: Enciclopediadelosasesinosenserie y sombrasde1ciudad.

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