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jueves, 8 de marzo de 2012

OBJETIVO: MATAR A FRANCO 1- EL COMPLOT DE LOS CABOS



Imagen del Cabo José Rico, tomada de una fotografía familiar. 



La mayoría de la gente cree que nunca se intentó atentar contra Franco. Sin embargo, en los archivos del servicio secreto del Ejército y de la Guardia Civilconstan cinco intentos de asesinato al general golpista, todos ellos convenientemente silenciados.

Además, la investigación realizada por el equipo de guionistas del documental "Los que intentaron matar a Franco" ha encontrado pruebas y testimonios de al menossiete intentos más urdidos para acabar con su vida.


A partir de la Guerra Civil, todos quisieron matar a Francoanarquistas, comunistas, falangistas y monárquicos. Todos los intentos fracasaron porque Franco contaba con un férreo sistema de seguridad imposible de franquear. Pero la causa fundamental del fracaso fue que a sus autores les sobraba valor y les faltabafrialdad. Fueron, en su mayoría, idealistas desesperados a los que les faltóprofesionalidad.


Portada de "Los que quisieron matar a Franco", película documental que narra los diversos intentos de acabar con Franco desde poco antes de la sublevación de 1936 hasta el ultimo en1964



Los primeros intentos habrían tenido lugar incluso antes de producirse el golpe de estado franquista. El 14 de julio de 1936, tan sólo cuatro días antes del estallido de la contienda, Antonio Vidal, un destacado anarquista afincado en Tenerife, estuvo involucrado en un intento frustrado contra el general, por entonces comandante militar de Canarias, en la sede de la Comandancia de la capital tinerfeña, que fracasó en el último momento por la traición de otro anarquista.

Antonio Vidal evitó que lo detuvieran ocultándose bajo una lápida del cementerio de San Rafael y San Roque de la capital tinerfeña y después consiguió escapar, iniciando a partir de entonces una brillante carrera como espía al servicio de la República.

Franco con oficiales y jefes de las guarniciones de Canarias, en un almuerzo celebrado en elMonte de la Esperanza, tras unas maniobras. 



De mayor trascendencia fue el intento conocido como “el Complot de los Cabos”. Todo comenzó al filo de la medianoche del 17 de julio de 1936, momento en que empezaron a darse los primeros pasos para llevar a cabo la sublevación. En la ciudad de Ceuta, al Regimiento de Infantería del Batallón del Serrallo número 8 se le ordenó participar en la toma del control de la ciudad norteafricana.

A él pertenecían los cabos veteranos José Rico y Pedro Veintemillas, soldados profesionales pero de profundas convicciones republicanas. Los dos suboficiales patrullaban por las calles de la ciudad en cumplimiento de las instrucciones recibidas cuando observaron como grupos de falangistas detenían a civiles y asaltaban sedes de partidos políticos, mientras pegaban pasquines en las paredes con el bando firmado por Franco que establecía el estado de guerra, la disolución de los partidos y la prohibición del derecho de reunión.


Portada del Diario La Voz del 18 de julio de 1936. Aún no se le daba a la sublevación la importancia que tendría. 



Cuando en las primeras horas del 18 de julio Rico y Veintemillas regresaron al cuartel, se reunieron con los también cabos Anselmo Carrasco y Pablo Frutos. Entre los cuatro estuvieron discutiendo acaloradamente como podían frustrar la sublevación contra la República.

En ese mismo día, durante una segunda reunión, José Rico presentó un plan para matar a Franco que él mismo lideraría. Cuando el general entrase en el patio central de la comandancia para pasar revista a las tropas, él le dispararía a bocajarro. En ese momento, los demás implicados reducirían al resto de las tropas apuntándolas desde las ventanas del primer piso del acuartelamiento, impidiendo así cualquierintento de resistencia.

Una vez conseguido su objetivo, un segundo grupo iría a la ciudad para informar del atentado y conseguir el apoyo de la población.

El teniente coronel Yagüe anuncia desde un balcón de Ceuta la llegada de Franco a la ciudad para hacerse con los mandos del alzamiento militar- EFE-. 



Los cabos y soldados implicados lo habían planeado todo con detalle. Sabían queFranco aterrizaría en Tetuán a bordo del famoso avión Dragon Rapide y que en pocas horas se presentaría en la comandancia de Ceuta.

Sin embargo, la tensión que atenazaba a los jóvenes soldados de reemplazo ante la trascendencia del atentado provocó que uno de ellos fuese a ver al coronel al mando del cuartel para contarle los planes del complot que se estaba organizando. Alarmado por la información, el coronel detuvo a todos los implicados antes de queFranco llegase.

Casi una veintena de soldados fueron conducidos en una camioneta destartalada a la fortaleza militar del Monte Hacho. Para entonces, Franco acababa de llegar aTetuán, capital del protectorado. La mañana siguiente tenía previsto visitar Ceuta.

Llegada de Franco al aeropuerto de Tetuán en el Dragon Rapide



Allí debieron de pasar casi un año de duros interrogatorios a la espera del consejo de guerra Dos de los compañeros de José Rico, los cabos Veintemillas y Marcos ni siquiera tuvieron la oportunidad de tener ningún tipo de juicio, porque en la madrugada del 21 de enero del 37 fueron asesinados con un tiro en la cabeza, por una patrulla de falangistas que les sacó de su celda.
El 17 de marzo de 1937 concluyó el consejo de guerra contra 37 militares y dos civiles, que fueron acusados de organizar un complot para matar a Franco, en el que estuvieron implicados en total 41 personas, sumando los dos cabos que mataron antes del consejo.

La sentencia decretó la pena de muerte para cinco de ellos, a ocho les condenaron acadena perpetua, 13 fueron condenados con penas de cárcel y otros 13 fueronabsueltos.

Muros de la fortaleza militar de Monte Hacho (Ceuta) junto a los cuales fue fusilado el Cabo José Rico y otros cuatro implicados en el complot.



Se dice que el juez insultó a los procesados y les dijo con desprecio que no eran españoles y que eran todos “unos cobardes traidores a la patria”, por lo que José Rico se levantó y dirigiéndose a los miembros del consejo les espetó con una gran dignidad:

“Juré defender una España democrática y la defiendo porque soy español; los traidores a la patria sois vosotros”.

Un mes más tarde se ejecutó la sentencia.

El Complot de los Cabos fracasó pero, ¿y si hubiera triunfado? Según varios historiadores la muerte de Franco no habría cambiado la guerra por varias razones. Primero porque ni él mismo pensaba que iba a ser generalísimo -los cabecillas Mola y Sanjurjo murieron en accidentes aéreos-.

Restos de la avioneta con la que se estrelló el general Sanjurjo. Su muerte alteró la organización de la cúpula dirigente de los sublevados, ya que por sus méritos militares estaba destinado a ser el general en jefe del alzamiento. 



En segundo lugar porque la República no podía ganar sin Francia y Reino Unido. Por último, porque la premura del golpe llevó a Franco a no visitar el cuartel desde donde Rico se proponía perpetrar el atentado.

Sin embargo, en lo que también coinciden los estudiosos de este período es en afirmar que la dictadura posterior hubiera sido muy diferente si hubiera sido otro y no Franco el que hubiera alcanzado el poder.

Nunca lo sabremos...


Fuente: Fusilados de Torrellas.

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