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domingo, 20 de noviembre de 2011

DOCUMENTAL - BOWLING FOR COLUMBINE


                                  
                                              "BOWLING FOR COLUMBINE"(2002)



 

Bowling for Columbine es una película documental dirigida y protagonizada por Michael Moore. Ganó un premio Óscar a la mejor película documental y ha sido admirada y repudiada casi por igual. Se empezó a proyectar el 11 de octubre de 2002. La cinta participó en la selección oficial del Festival de Cannes de 2002.
El documental Bowling for Columbine fue producido y protagonizado por Michael Moore. Toma como punto de partida la masacre del instituto Columbine (trágico tiroteo que tuvo lugar en 1999 en el Columbine High School) para realizar una reflexión acerca de la naturaleza de la violencia en los EE.UU.
En el documental se tratan varios temas: la violencia en las escuelas estadounidenses, el uso de armas por parte de civiles y la "Teoría del miedo".
Se muestra, desde el punto de vista de Moore, cómo los ciudadanos estadounidenses viven absortos en el miedo y la ignorancia, causados principalmente por los medios de comunicación, y hace mucho énfasis en el hecho de que la única salida que encuentre la mayoría de la población sea la posesión de armas de todo tipo y que su comercialización sea tan natural que cualquier persona pueda adquirirlas en un supermercado. También expresa que ese tipo de idea es inculcada desde la infancia por influencia paterna, por los medios de comunicación, etc. Moore recalca que la sociedad estadounidense posee el concepto erróneo "Por tener armas se es más responsable" o "Si no tienes armas eres negligente" o hasta de acudir a la policía solo por el hecho de que ésta no está armada.
El cantante de rock Marilyn Manson dio su punto de vista conforme a lo que se ha visto en la masacre de Columbine, puesto que tuvo que cancelar parte de su gira por respeto a los fallecidos, ya que la influencia de los medios culpa a su música e incluso hasta su persona, de haber sido la chispa de inicio de aquel desastre, sin embargo expresado en palabras del mismo deja una pregunta al aire sobre todo lo que ha pasado, y sobre algunas guerras como la que ocurrió en Kosovo "¿quién es más influyente, el presidente o Marilyn Manson?" en los últimos momentos de la entrevista se aclaró lo siguiente.
  • Moore: ¿Si pudieras decirle algo a los chicos de Columbine que les dirías?
  • Manson: No les diría nada, escucharía lo que ellos tienen que decir ya que eso es algo que nadie ha hecho aún.
Inclusive los creadores de South Park quienes también son originarios de Columbine dieron su punto de vista no solo de la cultura armamentista si no de la decadencia de la sociedad estadounidense debido al miedo, manipulación y represión por parte de los medios de comunicación incluso de la misma comunidad en general, hechos que los llevaron a crear esta serie satírica que hoy en día goza de fama mundial.
También se muestra un segmento animado donde se describe una breve recapitulación de la historia norteamericana, enfocándose a los antiguos peregrinos, quienes al sentirse inseguros e impotentes llevaron al territorio a un estado permanente de miedo desde La llegada de los colonos hasta las épocas recientes, pasando por la época de la guerra civil y la esclavitud junto con el empresario armamentista de la época, Samuel Colt, la fundación de la NRA y la consideración como grupo terrorista al Ku Klux Klan coincidiendo en el mismo año así como la segregación racial que se dio en años posteriores causando la migración de los grupos de raza blanca a los barrios de los suburbios donde permanecen a salvo según sus ideales.
Del mismo modo, Bowling for Culumbine muestra la enorme contradicción en el pensamiento del sector pro-armas estadounidense teniendo estos como pensamiento fundamental que no hay ningún tipo de relación entre la masacre y las armas ya que estas fundamentalmente sirven para defender al pueblo estadounidense. Del mismo modo, en el documental se afirma que las muertes por disparo en los Estados Unidos se efectúan en manos de civiles y a causa de la pluralidad étnica, mientras que en Canadá, que también posee pluralidad étnica, el índice de muertes por disparo es mucho menor, ya que la gente no necesita armas para estar “tranquilos en sus casas”.
Entre las personalidades que Moore entrevista en este documental, se encuentra el actor Charlton Heston, uno de los líderes de la Asociación Nacional del Rifle, quien huye vergonzosamente de la entrevista cuando se le pide una opinión sobre otro desastre ocurrido donde un niño de 6 años disparó un arma contra una niña de casi la misma edad. Michael Moore se limitó a dejar la foto de la niña fallecida evidenciando esa ignorancia de parte de este mismo actor quien también en sus películas ha usado armas de fuego al igual que otros actores de acción.

  
Dirección y guión: Michael Moore.
Países: USA y Canadá.
Año: 2002.
Duración: 123 min.
Género: Documental.
Intervenciones: Arthur A. Busch, George W. Bush, Dick Clark, Barry Galsser, Charlton Heston, Marilyn Manson, John Nichols, Chris Rock, Matt Stone.
Producción: Michael Moore, Charles Bishop, Jim Czarnecki, Michael Donovan y Kathleen Glynn.
Música: Jeff Gibbs.
Fotografía: Brian Danitz y Michael McDonough.
Montaje: Kurt Engfehr.
Estreno en España: 21 Marzo 2003.

El origen de la película
  En los trece años transcurridos entre Roger & Me y BOWLING FOR COLUMBINE, Michael Moore ha desarrollado un estilo que podría ser definido como polémico, audaz y divertido. Sus documentales son una muestra clara de su coherencia al abordar los asuntos que desea investigar: “A veces, sobre todo cuando se trata de entrevistas, es mejor trabajar pensando únicamente en presente. Si llegas a una entrevista con un orden del día preestablecido, al final la película será rígida, acotada. Para mí, lo fundamental es que las películas o los documentales sigan su curso”.
  En la primavera de 1999, Michael Moore estaba trabajando en la serie televisiva The Awful Truth, cuya emisión estaba prevista para otoño de ese año por Bravo (Estados Unidos y Canadá) y Channel Four (Reino Unido). El director, famoso por su capacidad para indagar en el sitio adecuado y tocar las cuerdas más sensibles de la conciencia colectiva, acababa de terminar un episodio satírico y al mismo tiempo de “cine negro” titulado Teen Sniper School (Escuela para Niños Francotiradores). “Había pensado en un profesor de tiro que enseñara a niños de unos dos años de edad a utilizar las armas de fuego. La película estaba ambientada en una escuela en la que los alumnos aprendían la mejor manera de eliminar al capitán del equipo de fútbol o a olvidar la dosis cotidiana de antidepresivos para poder liberar toda la agresividad y cosas parecidas”.
  Debido a la censura, ese episodio nunca fue emitido. A los pocos días de haber terminado de montarlo, doce estudiantes y un profesor del instituto de enseñanza secundaria de Columbine, en Littleton, Colorado, murieron, víctimas de disparos de armas de fuego. Con su película, Moore había superado claramente la sátira mostrándonos una anticipación del lado más terrible y oscuro de la cultura americana. Pero, llegados a ese punto, el tema merecía una reflexión más profunda.
  “Quería hacer algo más, quería hablar más a fondo del asunto”, dice Moore. Y mientras devoraba páginas y páginas de noticias acerca de la tragedia de Columbine, empezó a observar algunas sorprendentes coincidencias. Eric Harris, unos de los autores de la matanza, había pasado parte de su infancia en una base aérea cercana a la misma ciudad en la que había crecido Moore, en Michigan. Y, además, Terry Nichols, compañero de Timothy McVeigh en el atentado de Oklahoma City en 1995, había ido a la escuela cercana a la de Moore. Y, por fin, Charlton Heston, el gladiador de la Asociación Nacional del Rifle, se había criado a una hora y media de distancia de la casa de Moore. Todas esas coincidencias contribuyeron a que el director se interesara en explorar el ambiente cultural en el que había crecido.
  Al poco tiempo, Moore estaba sentado en un bar de Manhattan con Michael Donovan, copropietario de Salter Street Films, que había sido productor de la serie candidata al Oscar y producida por Moore, The Awful Truth. “Le dije claramente que quería hacer un documental largo sobre las armas”, dice Moore. “Aún no había terminado de decirlo, cuando Donovan me dijo: ‘Quiero hacerlo. Buscaré dinero y lo haremos’”.
  Michael Donovan y Charles Bishop, de Salter Street Films, estaban convencidos de que Moore era la persona adecuada para hacer el documental. “Es el mejor crítico social de la televisión y del cine de hoy”, dice Bishop. “En esa época, Michael le daba vueltas a un proyecto sobre otro tema candente, la seguridad social”, explica Donovan. “Pero luego se dio cuenta de que había que hablar de algo más urgente, de más entidad, más peligroso, y cambió de idea”. Por pura coincidencia, Donovan también estaba pensando en el mismo tema. “Columbine, la obsesión estadounidense por las armas. Es un asunto que tiene implicaciones internacionales porque lo que pasaba con las pistolas estaba pasando a mayor escala con los misiles y las bombas nucleares. Todo ello es fruto de una cultura que reacciona de forma desproporcionada a la situación real”.
  Kathleen Glynn, mujer de Michael Moore y productora de sus películas, trabaja a su lado desde hace años, lo que le ha permitido seguir de cerca su evolución y la maduración de sus cualidades artísticas. “Cuando se trata de cine, a Michael le gusta ir más allá y ponerse en situaciones muy delicadas”, explica Glynn. “Esta película es un documento muy importante y complejo porque está estratificado en varios niveles. Los que se queden en la superficie lo encontrarán simplemente actual, real y sorprendente, pero los que quieran profundizar más descubrirán todo un arco de sentimientos y emociones fundamentales para la comprensión de la película. El objetivo de Michael es lograr que el público salga de la sala con sentimientos y sensaciones muy concretas sobre lo que acaba de ver”.
  Desarrollando este punto, el director agrega: “Creo que otro, en mi lugar, habría resuelto las cosas así: ‘Eh, chicos, demos una vuelta por el país detrás de esos locos de remate armados y tomémosles el pelo con nuestra película’. Pero yo estoy convencido de que la gente no va al cine para oír sermones sobre lo que hace. La gente va a ver una buena película porque le gusta que la desafíen, que la pongan a prueba, pero sobre todo porque quiere divertirse y pasar el rato. ¿Qué hay que hacer entonces para conseguir divertirla y al mismo tiempo plantearle cuestiones serias?”.
  Moore parece satisfecho de la teoría del miedo. “Hay algo especial en el cerebro humano. Nos gusta tener miedo, nos encantan las películas de terror, la fiesta de Halloween. Creo que todo esto se remonta a la prehistoria del hombre, a nuestro instinto primario de luchar y huir. Se trata del deseo, siempre vivo en nuestro interior, de estar siempre alerta, de modo que, cuando advertimos que hay un peligro, podemos huir y ponernos a salvo. Y precisamente aquí entra en juego una diferencia fundamental: asustarse en el cine es una cosa, ser manipulado por los medios de comunicación, por los programas de seudoperiodismo o por un presidente que te dice que existe un imperio del mal dispuesto a perseguirte por toda la tierra y a aplastarte es otra cosa completamente distinta”.
  Para el productor Charles Bishop, BOWLING FOR COLUMBINE nació de una excelente idea; además, a medida que iban avanzando en la redacción del proyecto, los trágicos acontecimientos reales lo han hecho más significativo. “Al principio, y ésta es la clave para entender la película, el proyecto se había centrado por completo en la matanza de Columbine; pero seis meses después sucedió el homicidio de Kayla Roland, una niña de seis años muerta por un niño de su edad en Flint, en Michigan. Flint es la ciudad natal de Moore y ese trágico suceso le impresionó profundamente, hasta el punto de que lo impulsó a cambiar de punto de mira y concentrar la atención de la película sobre Flint”. BOWLING FOR COLUMBINE ha superado nuestras más salvajes expectativas”, afirma Michael Donovan satisfecho. “Al verlo, nos damos cuenta de que las imágenes que se ven en la gran pantalla son mucho más potentes de lo que habíamos pensado. El 11 de septiembre cambió radicalmente a Michael Moore y, por consiguiente, a la película”. Ese día, Moore estaba en Los Ángeles para la entrega de los Premios Emmy, y se quedó bloqueado en California. No conseguía encontrar un vuelo para volver a casa, en Nueva York. Al final, decidió regresar en coche, atravesando Estados Unidos de costa a costa. Era la primera vez que lo hacía, y mientras viajaba a través de su país, toda la gente con la que se iba encontrando le hablaba naturalmente del 11 de septiembre. Aquel viaje le hizo palpar la angustia de todo Estados Unidos y le obligó a revisar por completo la perspectiva de la película, que a partir de entonces se convirtió en más amplia y global”.
  “Podría haber hecho esta película hace diez años y el resultado habría sido el mismo, porque en realidad la película no habla de la matanza de Columbine o de las armas. En estos diez años, Estados Unidos no ha cambiado desde este punto de vista. La película habla de nuestra cultura del miedo y de cómo este miedo tan difuso conduce inevitablemente a actos de violencia, en casa y a nivel internacional”.
  El material rodado suma un total de 200 horas, parte de las cuales están dedicadas a las entrevistas, que se han convertido en cierto modo en la firma de Moore. “La primera explicación del éxito de las entrevistas de Michael es que él plantea las preguntas que todos quisiéramos hacer”, afirma la productora Kathleen Glynn. “Profundizando algo más, podríamos afirmar que al público le encantan sus entrevistas porque Michael plantea preguntas muy concretas a las personas que, para el público, deberían ser capaces de contestarlas, y, sobre todo, contestarlas honestamente. A Michael le sigue emocionando la idea de hacer una entrevista, aunque ya debería estar acostumbrado. Yo a menudo estoy con él cuando las hace y al verlo trabajar pienso: ¡Dios mío, no me lo puedo creer! ¡No es posible que le esté haciendo precisamente esa pregunta! Observarlo mientras hace una entrevista es como observar a un cirujano trabajando. Es una operación muy delicada; Michael tiene que ser sumamente delicado y para hacerlo se requiere una larga preparación. Como en las intervenciones quirúrgicas, nunca se sabe lo que uno se va a encontrar cuando se ha empezado a abrir y profundizar”.
  Para Moore, las entrevistas son la única manera de tomar distancia de su documental, si bien es consciente de que la película muestra su posición personal en relación con un asunto tan candente y urgente. Una cosa que le importa mucho es que cada espectador logre hacerse una idea personal y extraiga sus propias conclusiones partiendo de dichas entrevistas.
  “No quiero decir que Michael sea impasible”, afirma Kathleen Glynn, que lo conoce desde hace veinte años. “Más bien diría que siempre está buscando la verdad y que lo hace planteando preguntas y manteniéndose siempre dispuesto a escuchar respuestas que no siempre coinciden con lo que él piensa. Y lo hace con gran honestidad”.
  “Siempre me han dicho que con los años nos hacemos más equilibrados, más sabios y conservadores”, comenta el director. “Pero no creo que esto funcione conmigo, es más, me parece que me está pasando precisamente todo lo contrario. BOWLING FOR COLUMBINE es lo más provocador que he hecho hasta ahora, ¡y tengo 48 años!”.

 

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